_
_
_
_

La empresa Raelca (Alcorcón) compró el aceite industrial origen de la intoxicación

La empresa Refinería de Aceite de Pescado, SA (RAPSA), de San Sebastián, vendió a la firma Raelca, de Alcorcón (Madrid), partidas de aceite de colza desnaturalizado que luego fueron mezcladas con grasas comestibles y originaron la intoxicación epidémica, de acuerdo con los datos obtenidos por la Policía Judicial, que investiga el caso.

Dos directivos de RAPSA, Fernando y Juan Miguel Bengoechea Calvo, propietarios principales también de la empresa, permanecían ayer detenidos en la comisaria de Irún. Al parecer, los interrogatorios tratan de aclarar si los responsables de RAPSA vendieron el aceite de colza desnaturalizado, que sólo sirve para usos industriales, como si se tratara de un producto comestible, y si conocían la operación fraudulenta que se realizaba con él.Fuentes próximas a los detenidos han manifestado que en todos los casos quedó claro que el aceite vendido sólo podía emplearse en usos industriales, y el precio que se percibió era el del producto desnaturalizado, sensiblemente inferior al coste de la misma grasa apta para el consumo humano. Tal extremo consta en las facturas y los libros de contabilidad de RAPSA, según las mismas fuentes. En estos medios se asegura que la relación comercial entre Raelca y RAPSA se inició en el mes de marzo por mediación de otra industria catalana llamada Piki, proveedora habitual de Rael, que en la fecha citada carecía de existencias.

Teniendo en cuenta que las primeras manifestaciones de la intoxicación masiva provocada por el aceite adulterado aparecieron poco después, se aventura también la hipótesis de que haya sido el empleo en el fraude del mismo tipo de aceite, aunque de distinta procedencia, lo que podría haber provocado un error en el proceso de «renaturalización» del aceite de colza industrial. Se ha sabido asimismo que las importaciones de la empresa guipuzcoana proceden de Francia.

Al parecer, siempre según la versión de fuentes próximas a RAPSA, un representante de Raelca habría propuesto al chófer de un camión-cisterna transportar el aceite de colza desnaturalizado, adquirido en Guipúzcoa, directamente hasta Sevilla, y no a Alcorcón, donde Raelca tiene su almacén. Es en Sevilla precisamente donde podría haberse llevado a cabo el proceso de eliminación de tóxicos del aceite destinado a usos industriales, que no tuvo éxito en el caso del procedente de RAPSA.

Esta empresa familiar, fundada en los años treinta, comenzó sus actividades refinando aceite de pescado y fabricando algunos derivados. Más tarde inició la importación de aceites industriales, especialmente el de colza desnaturalizado, con el que opera desde hace más de trece años.

Una fuente que conoce bien las actividades de RAPSA, y que prefirió no ser identificada, declaró a EL PAÍS que los responsables de Raelca, la empresa de Alcorcón, pretenden ahora haber adquirido el aceite de colza como si fuera apto para el consumo. «Sin embargo, ellos pidieron aceite desnaturalizado, y eso es lo que se llevaron, pagando el precio correspondiente a ese tipo de producto, y no al comestible», aseguró la misma persona.

Por otra parte, el abogado José María de la Torre comunicó ayer en Madrid a EL PAÍS que «ya no me ocupo de la defensa de los intereses de la empresa Raelca», y justificó esta nueva situación por «discrepancias con la empresa». Ramón Ferrero, directivo de Rael, seguía ayer sin poder ser localizado y, al parecer, sin que la policía haya dado con su paradero.

La policía sí ha realizado una visita de inspección, sin embargo, en unos depósitos madrileños donde se almacena aceite industrial de la empresa vasca RAPSA para su distribución a distintas empresás metalúrgicas o del vidrio instaladas en la provincia madrileña.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_