El juez militar decreta la libertad del comandante Jesús Campos, presuntamente implicado en la operación desestabilizadora

La autoridad judicial de la I Región Militar puso ayer en libertad al comandante de artillería Jesús Campos Pérez, detenido el pasado día 24 por supuesta implicación en la reciente operación desestabilizadora detectada por la policía. De esta manera son ya tres los jefes militares en libertad de los cuatro cuya detención ordenó el Ministerio del Interior y contra los que se sigue el correspondiente sumario por supuesta conspiración para la rebelión militar, ya que los coroneles Sicre y Garchitorena fueron puestos en libertad el pasado sábado, después de que prestaran declaración ante el juez especial que instruye el sumario, coronel Teijeiro Piñón.

El cuarto de los jefes militares detenidos, comandante Sáenz de Ynestrillas, al que, a petición del Ministerio del Interior, le fue aplicada la ley Antiterrorista, pasó ayer a disposición de la Audiencia Nacional, sin que se haya agotado el plazo de diez días que establece dicha ley para permanecer a disposición policial. Por decisión del capitán general de la Región, el comandante Sáenz de Ynestrillas permanece en el Parque de Automóviles, al que fue trasladado desde el primer momento de su detención y donde el viernes pasado fue interrogado por funcionarios policiales.De otra parte, el magistrado titular del Juzgado Central número 1 de la Audiencia Nacional decretó ayer la prisión incondicional de tres de los ocho civiles detenidos el pasado día 23 en relación con la referida operación desestabilizadora y la libertad de los cinco restantes.

Los civiles cuyo procesamiento y traslado a la prisión de Alcalá de Henares decretó ayer el juez son: José Luis Hernández Torreblanca, propietario del pub Danzari, de Madrid; Manuel Blanco Conrado, antiguo militante de Fuerza Nueva, y Juan José Atienza Sánchez, miembro de la Confederación de Combatientes.

En cuanto a José Luis Cuadrado Garrido, militante de Fuerza Joven, detenido después de que le explosionara un artefacto que, presuntamente, trataba de colocar en una papelera, el juez ha decretado su prisión preventiva después de tomarle declaración, en tanto que a José Luis Corral Fernández, delegado de Fuerza Joven en Madrid, detenido a raíz de este incidente, le puso en libertad.

Los otros cinco civiles detenidos por presunta relación con la operación detectada por la policía, cuya libertad decretó ayer el juez, son: Martín Sáenz de Ynestrillas, hijo del comandante del mismo apellido; María Paz Pérez Nieto, Concepción Villagrasa, Conrado García Serrano y Luis Sicre Canut, hermano del coronel del mismo apellido.

Los interrogatorios a los que fueron sometidos los ocho civiles detenidos por la policía durante el tiempo en el que permanecieron bajo la ley Antiterrorista se centraron en conocer supuestos indicios de preparación de acciones para desestabilizar el sistema democrático.

Memorial al Rey

El abogado defensor accidental del comandante de infantería Sáenz de Ynestrillas ha dirigido un memorial al Rey, en su calidad de capitán general de las Fuerzas Armadas, en el que -según Europa Press- se narran las vicisitudes de la detención del militar y el paso de la jurisdicción castrense a la ordinaria.El memorial dice lo siguiente:

«Que, sin entrar por ello en el terreno vedado de lo propiamente jurisdiccional, pero sí ante el posible riesgo de que este jefe del Ejército, mi patrocinado, sea materialmente transferido por la autoridad militar de la I Región a la gubernativa y conducido, para la práctica de diligencias policiales, a los calabozos o dependencias de la Dirección General de Seguridad -lo que sería insólito tratándose de un militar y susceptible de servir de ejemplo que fácilmente sería seguido para lo sucesivo, de no ponerse pronto remedio-, se ve el letrado en el ineludible deber de acudir a SM importunando su real atención, por si, con su constitucional calidad de comandante supremo de las Fuerzas Armadas de la nación (artículo 62, g), paladinamente ejercida ya en la histórica noche del 23 al 24 de febrero del corriente año, tuviera a bien hacer uso, como mejor proceda, de tan preeminentes facultades, no tanto en amparo de este comandante como -siempre dentro de la ley y de los buenos usos tradicionales- en pro del prestigio que es, a la vez, interior satisfacción de esas Fuerzas Armadas de las que el Rey es capitán general».