La sevillana Camelia Miguel
se puso ayer en contacto con los informativos de la capital andaluza para hacer públicamente una oferta insólita: cederá o venderá uno de sus riñones a quien le garantice un puesto de trabajo a su hijo, de veinticuatro años. Este, que permanece ajeno a la dramática iniciativa de su madre, está casado y tiene una hija, y no ha encontrado trabajo desde que, hace cuatro años, terminó el servicio militar. Aunque también su marido está en el paro, Camelia Miguel dijo al corresponsal de EL PAIS en Sevilla, : «Esto lo hago por mi hijo, que está ya desesperado».
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