El marqués de Bradomín existe
Su realidad ya no se limita a las páginas de las Sonatas, a las imaginadas intrigas cortesanas, a las soñadas aventuras de las guerras carlistas. El marqués de Bradomín existe, anda por las calles de las ciudad es españolas. No sabemos si feo, católico y sentimental, como el que imaginó el gran don Ramón de las barbas de chivo, pero real, vivo, de carne y hueso.La monarquía actual, que ha sido prudente y parva en la concesión de títulos nobiliarios, ha demostrado ahora inteligencia y sensibilidad. El marqués de Bradomín, personaje de una enorme grandeza literaria, es Valle-Inclán, el escritor que le dio vida. Es una pena que don Ramón no exista, porque hubiera sido un magnífico marqués, manco, atrabiliario, barbudo y ceceante, pero magnífico. De todas Maneras el título queda unido a los Valle. Un título que no se ganó en la guerra ni en la política, en la fortuna o el privilegio.
25 de junio
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.