Tras la tolerancia, intransigencia
El día 18 de junio, hacia las once de la mañana, tuve la sensación de haber retrocedido en el tiempo treinta y tantos años, al ver cómo en la playa de La Fosa, de Calpe, una pareja de la Guardia Civil, constituída en defensora de la moral pública (?), obligaba a cubrirse a todas las señoras y señoritas españolas y extranjeras que tomaban el sol en el pecho, a las primeras, en nuestro idioma, y a las segundas, por señas.Tras los primeros momentos de asombro y bochorno, la opinión más generalizada entre las personas afectadas fue considerar esa medida como una «invitación» a pasar las vacaciones en otro lugar o en otro país.
Personalmente, yo no creo que, en las circunstancias actuales, España en general, y la provincia de Alicante en particular, estén tan sobradas de divisas como para tomar esta clase de decisiones, máxime cuando desde hace tres años se estaba tolerando esta situación, por otra parte ya superadalen los países democráticos europeos./
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