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Argel prevé tiempos difíciles para el régimen de Rabat

La Prensa gubernamental argelina comentó ayer ampliamente la importancia de las manifestaciones del pasado fin de semana en Casablanca, Rabat y otras ciudades marroquíes, sentenciando un dificil período para los gobernantes marroquíes, aunque evitando criticar directamente al rey Hassan II.El continuo deterioro de la situación social y económica en Marruecos es atribuido, por los observadores de la capital argelina, al elevado coste de la guerra del Sahara occidental, incluso si una parte sustancial del mismo es financiada por algunas capitales árabes moderadas, como Riad.

En este contexto, parece un tanto inexplicable que los dirigentes marroquíes no hayan sabido percibir a tiempo el carácter detonante que tenían los aumentos de productos de primera necesidad, como el pan, aceite, azúcar y mantequilla, decretados a fines de mayo y recortados, días más tarde, ante el gran descontento popular.

El Gobierno argelino, con una economía más saneada que la del país vecino, subvenciona una parte sustancial del precio de esos artículos, lo que ha provocado inevitablemente un continuo contrabando en la zona fronteriza de Tlemcen, en dirección de Uidas y otras localidades marroquíes.

La reacción argelina puede calificarse, sin embargo, de discreta, ya que se limita a recoger los comentarios de órganos de comunicación extranjeros y de las agencias de Prensa internacionales.

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