El Premio Príncipe de Asturias, al científico Alberto Sols, pionero de la bioquímica española

El primer Premio Príncipe de Asturias de investigación científica y técnica, correspondiente a 1981, ha sido concedido al doctor Alberto Sols García, pionero de la bioquímica española, cuya actividad ha dado origen al desarrollo de una pujante escuela de bioquímica universalmente reconocida.El fallo del jurado fue dado a conocer ayer por su presidente, el premio Nobel Severo Ochoa. «La vida es, en buena parte», dijo el científico asturiano, «el resultado de un sinnúmero de reacciones químicas promovidas por otros tantos biocatalizadores, los llamados enzimas. El curso de estas reacciones está determinado por mecanismos de regulación muy precisos, que el doctor Sols fue de los primeros en poner de manifiesto. Dichos mecanismos dan preferencia a las vías metabólicas necesarias en cada momento, frenando las de sentido opuesto. El conocimiento de estos procesos constituye uno de los capítulos funda mentales de la moderna bloquímica».

Severo Ochoa telefoneó en la mañana de ayer a Alberto Sol para comunicarle la concesión del premio. Sols, que acaba de regresa de un viaje a Yugoslavia, quedó tan sorprendido que apenas si reaccionó. Cada uno de los premio Príncipe de Asturias está dotado con un millón de pesetas en metálico, un diploma y un símbolo escultórico, una estatuilla diseñada por Joan Miró, actualmente en proceso de fundición.

Biografía de un científico

Alberto Sols es catedrático y director del Departamento de Bioquímica de la facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, director honorario del Instituto de Enzimología y Patología Molecular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y consejero de número del citado Consejo.En 1969, Sols, con su grupo, constituido ya como Instituto de Enzimología, se hizo cargo del Departamento de Bioquímica de la nueva facultad de Medicina creada en Madrid. «Nuestra doble condición de investigadores y profesores», escribió Carlos Asensio, «significaba una experiencia inédita en las relaciones Consejo-Universidad, a la que hubo que buscar cauces administrativos originales. Sols supo encontrarlos, y hoy, felizmente, la fórmula de enzimología está sirviendo de modelo inspirador a otras cooperaciones en marcha. El jurado que concedió el premio a la investigación científica y técnica se reunió durante los dos últimos días en el hotel Reconquista, de Oviedo. Estaba formado por Severo Ochoa, Francisco Grande Covián, Nicolás Cabrera Sánchez, Julio Rodríguez Villanueva y José Antonio Martínez Alvarez. En los próximos días, diversos jurados fallarán los premios de ciencias sociales y comunicación, de letras, de las artes y de la cooperación iberoamericana. Estos premios son concedidos por la Fundación del Principado de Asturias, constituida el 24 de septiembre de 1980 en un acto solemne presidido por el príncipe Felipe, acompañado de sus padres, los Reyes de España.

La Fundación pretende consolidar los vínculos existentes entre el príncipe y el Principado de Asturias y contribuir a la exaltación y promoción de cuantos valores científicos, técnicos, culturales y humanos sean patrimonio común de los pueblos de habla hispana.

A este premio concurrieron más de cien candidatos. Con motivo del homenaje tributado en 1975 por los bioquímicos españoles al profesor Alberto Sols, Severo Ochoa dedicó al científico alicantino (nació en Sax en 1917) un trabajo en el que destaca su brillante y eficaz papel.