Muera la cultura
LOS ELEMENTOS de la extrema derecha se han enseñoreado de esta ciudad durante este fin de semana. En la madrugada del viernes, a un jovenzuelo que salía de adoctrinarse en la sede de Fuerza Nueva le estalló en las manos un artefacto explosivo que pretendía colocar en una papelera de la madrileña calle de Barceló. Esta era la contribución a la tranquilización de la vida ciudadana y la erradicación del terrorismo.Con la misma nocturnidad, un grupo no identificado asaltó en Madrid un colegio nacional, construido y equipado con los fondos públicos que aportamos los ciudadanos que tenemos por principio cumplir con nuestras obligaciones fiscales y no nos consideramos los detentadores de las esencias patrias ni los apóstoles del sentimiento nacional.
Las injurias a las fotografías del Rey, los destrozos de bienes públicos y el soez estilo de estas acciones representan una manera de ser a la que este país debe combatir con las fuerzas que conceden la convicción moral de una época histórica posterior al canibalismo.
El colegio nacional Estados. Unidos de América, asaltado por estos elementos, que pueden y deben ser controlados por los celadores del orden público, es todo un símbolo del vandalismo que las tramas negras intentan imponer en nuestro país para devolvernos a las cavernas de la incultura.
La enseñanza preescolar es la primera que reciben los ciudadanos de este país, según los planes de estudios actualmente vigentes. Han sido precisamente las aulas de esta sección a las que han dedicado sus lindezas estos terroristas anónimos, que utilizan los símbolos de todos los ciudadanos del Estado para mancillarlos.
Las autoridades, tan celosas en casos bien diferentes de aplicar con rigor las consignas de ley y orden, debieran tomar buena nota de este mismo rigor para defender a la sociedad de estos aprendices de vándalos, encubridores, cómplices y beneficiarios últimos de sus acciones terroristas.
