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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Todos los pitos de todos los serenos

Los grandes diarios de Madrid (sin excepción) están llevando a cabo una justa campaña contra la grosería, mal estilo, incultura, chabacanería, indecencia y arrogancia de ese mamotreto de comunicación social al que llaman «ente» (por qué no entidad) público que es Televisión Española.Televisión Española es la forma o camino más idóneo que se haya visto para cultivar la impopularidad, de una parte, y la negación de los principios más elementales de cómo deberá ser una democracia, de la otra. A la crítica de los diarios y del pueblo español responde con un desparpajo inaudito. El cemento, por lo de «cara dura», parece ser el fundamento de Televisión Española, el más severo y pertinaz de los poderes de esta tierra madre España, mezcla de tirano jónico con general prusiano.

Sería una memez repetir aquí eso de «,qué pasa en Televisión?», porque hace años -muchos- que se está diciendo. ¿Qué extraño poder (hasta los «gordos» dan la vuelta cuando se trata de Televisión Española) hace posible esta situación, qué clase de meprobamato esparce Televisión Española que no hay nadie -por muy encumbrado que esté- que sea capaz de «echar un pulso» con «la organización» que allí funciona?

Hay dos Españas: una, la geográfica y natural nación; la otra es Televisión Española.

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Este molinillo del disparate, que lo mismo sitúa a Colón en Buenos Aires (una vez lo dijo una «monada» masculina parte de los insumergibles de «la casa») que a Carlomagno gobernando en Estados Unidos, se ha «tragado», así, por las buenas, a mi tierra cubana: la quitó del globo terráqueo que gira como parte de «la careta» de un engendro periodístico que dirige un señor que se caracteriza por su engominado pelo y la forma delicada con que se pasa el «índice» por la mejilla izquierda, su lado preferido.

Escribí al «chiquilín» sobreviviente que abrió ese espacio (a través de una dama que le acompañaba -y sigue- en el trabajo). La respuesta fue la nada. Creyendo que alguien tiene mando de verdad en Televisión Española, me dirigí a un señor llamado Fernando Castedo, y la respuesta fue el silencio. Cuba, que es el único país ibérico que no tieríe analfabetos, que posee un 16,7% de universitarios y un cuarto lugar en las olimpiadas, que pesa en el mundo, que «suería» como ningún otro pueblo de América hispana, sigue fuera del mapa. ¡Televisión Española puede más que Estados Unidos: se «tragó» toda Cuba, que es mucho tragar ... !

Para Televisión Española, queridos amigos españoles, este pueblo, sus autoridades, sus instituciones, su libertad, su Constitución no es más que esto: ¡Todos los pitos de todos los serenos juntos!/

Ex embajador de Cuba.

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