Tarde de mansos y avisos
La novillada, por culpa de la mansedumbre de los novillos y también por la inoperancia de los toreros, resultó en extremo deslucida. Roberto Bermejó banderilleó a su primero, con el que no pasó de vulgar, y estuvo valiente y decidido en el cuarto, aunque no acertó con el descabello.Juan Mora anduvo anodino toda la tarde en esta novillada, en la que hacía su presentación en Barcelona. Al quinto lo mató muy mal. A Arturo Blau Espadas se le vio desconfiado con sus enemigos, por lo que perdió el buen cartel que había logrado en tardes anteriores. La verdad es que los novillos salieron mansos, y de éstos, los de Garzón -el cuarto, condenado a banderillas negras- fueron auténticos mulos.
Plaza de Barcelona
Tres novillos de María del Carmen Cobaleda y los tres últimos de Juan Andrés Garzón, éstos muy mansos. El cuarto, condenado a banderillas negras. Roberto Bermejo: silencio y dos avisos con vuelta al ruedo. Juan Mora: silencio y dos avisos. Arturo Blau Espadas: silencio y silencio.
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