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La opresión que sufre la mujer, origen de muchas neurosis

«Las neurosis y las psicosis con enfermedades padecidas en mayor grado por las mujeres que por los hombres, pero ambas, como la difteria, pueden ser síntoma de la opresión que sufre la mujer y que, en ocasiones, la expresa con su propio cuerpo», dijo ayer Carmen Sáez Buenaventura, psiquiatra y escritora, en la segunda jornada de a Semana de la Mujer, que organiza por segundo año el colectivo Mujer y Socialismo, del PSOE. La sesión de ayer estuvo dedicada al tema «Mujer y salud mental».Carmen Sáez explicó la contraposición que se hace, incluso en las pruebas de las consultas, entre las características masculinas, determinadas por el equilibrio, la seguridad en sí, los «nervios de acero» y la facilidad para disciplinas pertenecientes al campo de lo abstracto, como las matemáticas, y las contotaciones femeninas de debililad, fragilidad, inferioridad en el manejo y control de las emociones, dificultad para funcionar en tareas de las ciencias abstractas.

La psiquiatra puso de manifiesto a distribución de las distintas enfermedades mentales entre los sexos y su relación con el papel de represión de uno de ellos, y analizó los factores que intervienen en que las neurosis, como manifestaciones e ansiedad, malestar general que o tiene orígenes físicos y que provoca un comportamiento que se vuelve contra el que las padece, sean más frecuentes entre las clases altas, mientras que los psicóticos, personas que actúan fuera de los márgenes de lo que se entiende por normalidad, generalmente calificados de locos, se encuentren preferentemente en las clases bajas.

Mientras ambas enfermedades se dan más en la mujer, en la esquizofrenia, según Carmen Sáez, se produce un empate, pero con apreciables diferencias: mientras una mujer se sentirá espiada y criticada por sus vecinas, con alucinaciones auditivas, pues le parecerá oír que hablan mal de ella o se verá atacada en su honestidad y creerá entender cómo la llaman puta, en, el caso del hombre la esquizofrenia se dirige a sentir que se pone en duda su autoridad o su virilidad, y así creerá que dicen de él que es un marica o un cabrón.

Carmen Sáez señaló también las diferencias de tratamiento del suicidio en ambos sexos. Explicó que el hombre intenta suicidarse menos veces, pero se mata más y de forma más violenta (armas o defenestraciones), mientras la mujer suele hacerlo con fármacos.

Elisabeth Miller, psicóloga, profesora de la Universidad de Berlín, explicó que la feminidad suele interpretarse como desvalimiento, y dijo que muchas de las cualidades aparentemente femeninas, como la generosidad o la entrega, no son sino la carencia de un fuerte yo y la disponibilidad para ser explotada. La dependencia del carácter femenino del modelo masculino, apuntó, hace que no pueda hablarse de complementariedad de la pareja.

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