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Hassan II acudirá a la reunión de la OUA para solucionar el problema del Sahara

Después de una ausencia de diez años de las conferencias de la Organización para la Unidad Africana (OUA), el rey Hassan II de Marruecos asistirá este año a la conferencia cumbre de Nairobi (Kenia). El próximo 23 de junio, según dijo el propio soberano en una conferencia de Prensa ayer en su palacio de Rabat, «se trata de poner definitivamente fin al problema del Sahara y encontrarle una solución africana».

El rey Hassan II rehusó no obstante revelar qué proposiciones nuevas tiene en mente para desbloquear un conflicto que dura ya seis anos, y en el cual cada una de las partes interesadas se encuentra atrincherada en posiciones fijas, aparentemente irreconciliables.La última vez que Hassan II asistió a una cumbre africana fue a la de Rabat, en 1972. De acuerdo con las palabras del soberano, es muy posible que, si la OUA decidiera reconocer y admitir a la República Arabe Saharaui Democrática (RASD) este año, sería «la desbandada de la OUA, pues varios países la abandonarían, de la misma manera, por cierto, que lo haría Marruecos».

La decisión de Hassan II de reanudar su asistencia a las cumbres de la OUA, que él mismo criticó severamente en los últimos años, después de una ausencia tan prolongada, puede querer indicar que Marruecos está dispuesto a aceptar las resoluciones del comité de sabios de la OUA, adoptadas en Freetown, en septiembre de 1980, que exigen la celebración de un referéndum de autodeterminación en el territorio.

Aceptar el referéndum probablemente no presentaría ningún problema mayor para Marruecos, toda vez que el Polisario lo ha rechazado al pretender que la población del Sahara se ha autodeterminado al tomar las armas para luchar por la independencia.

Puede tratarse también, sin embargo, de que el rey Hassan II presienta que ésta va a ser una de las cumbres de la OUA más importantes en relación con el Sahara, en donde la admisión de la RASD pudiera ser obtenida por sus partidarios, y que entienda necesario estar presente para evitarlo o, caso contrario, intentar arrastrar a abandonar la OUA a los países que han sugerido que estarían dispuestos a hacerlo.

Al hablar de la política interna, el rey Hassan II ofreció todo su respeto a la reciente decisión del primer ministro Maati Buabid de solicitar al Parlamento que le sea levantada la inmunidad parlamentaria al diputado socialista y director del diario Al Moharrer, Mohamed el Yazghi, por la publicación en su diario de un artículo considerado ofensivo para un jefe de Estado árabe extranjero. Más aún, según el monarca, el Gobierno presentará al Parlamento un proyecto de ley sobre la incompatibilidad entre la función de diputado y la de director de periódico.

Las palabras del Rey pudieron sin embargo parecer amenazadoras en lo que a la oposición se refiere, cuando, preguntado por la reacción del poder ante una posible retirada de los socialistas del Parlamento, dijo que el Parlamento, al fin y al cabo, era el marco democrático dentro del cual se mueve la oposición, y que, si ésta le abandona y se sale de esta legalidad, nadie ni nada podría evitar que el Gobierno actúe contra ella.

En momentos en que los precios de los productos básicos de consumo popular, tales como el azúcar, la mantequilla, el pan y otros, acaban de ser aumentados en un 40%, suben los impuestos y las perspectivas de la cosecha son malas, debido a la sequía, esta nueva tirantez en ciernes entre la oposición y el Gobierno parece encaminarse a una confrontación que puede tener serias consecuencias.

Ya no hay contenciosos

Como gesto notable en estas conferencias reales, Hassan II se mostró extraordinariamente conciliador hacia España, al ser preguntado sobre su proyectado viaje a Madrid y las relaciones entre los dos países. «Gracias a Dios», indicó el monarca, «con España y Francia ya no tenemos contenciosos. Ya no existe contencioso hispano-marroquí, sino perspectivas hispano-marroquíes. El estrecho no nos separará más. Todo lo contrario, con el proyectado enlace fijo, servirá para unirnos más. Seguiremos tratándonos como socios, con espíritu vigilante y cortes, pero convencidos de jugar en el mismo campo».Esta apreciación conciliadora parece sentirla Marruecos actualmente también hacia Estados Unidos, bajo su presidente Reagan. «Cuando al frente de Estados Unidos ha habido hombres que han sabido lo que quieren», señaló Hassan II, «las relaciones entre nuestros dos países avanzaron enormemente. Este fue el caso bajo el presidente Eisenhower y Mohamed V, y esta es probablemente la situación entre Ronald Reagan y Hassan II ».

El soberano marroquí dijo no abrigar ningún temor por las consecuencias que pudiera tener para Marruecos la elección de un presidente socialista en Francia. «Por muy fuertes que sean las convicciones socialistas de François Mitterrand», precisó, «este no puede olvidar ahora que es el jefe del Estado francés».

En consecuencia, Hassan II señaló que no temía ni por la colaboración económica entre los dos países, ni por los suministros de armas francesas a Marruecos, de las que depende notablemente el Ejército marroquí. «Yo, como Mitterrand», dijo Hassan II, «soy un jefe de Estado, y los jefes de Estado no gobernamos con los estados de ánimo».

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