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El frenazo de Mitterrand al programa nuclear francés provoca las primeras críticas contra el Gobierno

La energía nuclear y, más ampliamente, el extenso programa elaborado por los Gobiernos anteriores durante los últimos veintitrés años con el fin de garantizar a Francia su independencia energética confronta al primer Gobierno del presidente, François Mitterrand, con una opinión crítica. La supresión del proyecto de la central nuclear de Plogoff hace presumir un frenazo de la estrategia del «todo nuclear» de la Administración precedente. Las experiencias atómicas en el Pacífico también han sido interrumpidas momentáneamente.

«El programa energético más ambicioso del mundo» fue uno de los temas electorales que el ex presidente Valéry Giscard d'Estain manejo con mas orgullo e insistencia durante la pasada campaña electoral francesa. Y el fundamento nadie se lo discutió: Francia importa actualmente alrededor del 70% de la energía que consume. Según el programa electronuclear elaborado, y en parte realizado, durante los dos últimos decenios, para finales de siglo, este país debería autoabastecerse, o casi. Dieciocho centrales nucleares ya funcionan o se encuentran en un periodo de construcción avanzada. Otra docena más de ellas no ha pasado de la fase de proyecto, pero algunas han dado lugar a gastos e investigaciones importantes.Este programa del «todo nuclear», establecido progresivamente por los sucesivos Gobiernos conservadores, fue aceptado por los comunistas, pero nunca de manera total por los socialistas, y fue rechazado totalmente por todos los grupos de sensibilidad ecologista durante su campaña electoral. Mitterrand dijo claramente: «Si soy elegido, se terminarán las centrales nucleares en construcción, pero serán anulados todos los proyectos existentes». Y es lo que ha hecho al encontrarse en el palacio del Elíseo.

El viernes el ministro del Mar, Louis le Pensec, anunció que la central ubicada en el paraje de Plogoff (Bretaña) no sería construida. Plogoff se ha convertido en un símbolo para los antinucleares. Los habitantes de esta región, a pesar de que la construcción de la central fue aprobada por las asambleas regionales, desencadenaron una auténtica guerra contra los poderes públicos, apoyados por todos los grupos ecologistas.

Críticas a Pierre Mauroy

Por ello, la anulación del proyecto de Plogoff, al inicio del septenio, ha adquirido valor de ejemplo. ¿Van a ser realmente desechados todos los demás proyectos de centrales nucleares? ¿Cómo piensa el Gobierno reemplazar esa fuente de energía? Estas preguntas han dado lugar a la primera ráfaga de críticas al Gobierno dirigido por Pierre Mauroy. Incluso en el seno del Gabinete, el consenso sobre el particular no es seguro. Ayer, tras el anuncio del ministro del Mar, el secretario de Estado del Ministerio de Industria, Gregoire Lemoine, matizó la noticia al advertir que se trataba de «congelar» el proyecto, en espera de una definición más concreta de la política energética. Por otra parte, la oposición conservadora sospecha que la medida sea «electoralista», en vísperas de los comicios legislativos.En todo caso, el problema de Plogoff no es sencillo. Por una parte, la población se opone al proyecto de central nuclear. Pero, al mismo tiempo, se recuerda que esa región debe importar actualmente el 20% de su consumo de energía y de su desarrollo industrial. Ese porcentaje se elevará al 50% para el año 1985.

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