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El "escándalo de la P-2" complica la crisis de Gobierno en Italia

Juan Arias

La crisis política italiana se complica por momentos, ante las graves dificultades que está encontrando el democristiano Arnaldo Forlani para formar Gobierno y las nuevas revelaciones relativas a la logia masónica clandestina Propaganda 2 (P-2). Con relación a este oscuro escándalo, el ministro de Defensa ha invitado a todos los oficiales de las fuerzas armadas que figuran en las listas de la P-2 a que dejen el servicio durante un mes.

Los jueces de Milán han mandado otro paquete de documentos explosivos a la comisión parlamentaria que estudia el caso de la logia masónica Propaganda 2 (P-2). Según ha declarado el presidente de dicha comisión al socialista Francesco de Martino, los jueces le han enviado una lista de quinientos nombres, algunos de los cuales están subrayados en amarillo, sin que se sepa el significado de esto.También ha recibido una serie de recibos que demuestran que muchos de los afiliados habían pagado regularmente sus cuotas. Más aún, existen pruebas documentadas de que el maestro venerable de la P-2, Licio Gelli, había pagado a algunos de esos personajes, no se sabe en concepto de qué, aunque en algunos casos ese dinero ha servido para pagar viajes emprendidos por hermanos de la P2-.

No se sabe aún si los quinientos nombres de la nueva lista son nuevos o si se trata de los mismos incluidos ya en la primera lista de 962 personas.

A medida que crece el escándalo de los masones se hace más difícil la labor del presidente del Gobierno dimisionario, Arnaldo Forlani, para formar Gobierno. Su propio partido, la Democracia Cristiana (DC), ha indicado que no aceptará de ninguna manera abandonar la jefatura del Gobierno (es el partido mayoritario en Italia), ya que renunciar a ella significaría ante la opinión pública que es responsable del escándalo de la P-2, que ha provocado la crisis, y parece preferir que se convoquen elecciones parlamentarias anticipadas.

Por su parte, el Partido Comunista italiano (PCI) -el segundo del país- ha dejado claro que, si el nuevo Gobierno no está presidido por la DC, estaría dispuesto a reconsiderar su actitud de oposición.

Mientras tanto, el Partido Socialista (PSI) va con pies de plomo porque, al parecer, el presidente de la República, Sandro Pertini, compañero de partido, les ha hecho un llamamiento a la prudencia para evitar, si es posible, unas elecciones anticipadas. Pero el secretario general del PSI, Bettino Craxi, ha dicho sin embargo al secretario nacional de la Democracia Cristiana, Flaminio Piccoli, que este partido «carece hoy de autoridad moral para seguir presidiendo un Gobierno».

Los socialistas temen, sin embargo, que Pertini pueda dar el encargo a un republicano, como transición,a una futura jefatura socialista.

En el campo de la tempestad levantada por la cuestión de los masones se registró ayer una decisión importante del ministro de la Defensa, el socialista Lagorio: ha invitado a todos los oficiales que figuran en la lista de la P-2 a dejar temporalmente sus actividades, «tomándose un mes de vacaciones».

Al mismo tiempo, el Ministerio de Defensa ha abierto una investigación para estudiar independientemente de la comisión del Parlamento, la posición de los altos oficiales que figuran en la P-2. Se trata de cincuenta oficiales del Ejército (entre ellos, diecisiete generales); veintinueve de la Marina (ocho almirantes); 32 del arma de Carabineros (nueve generales), nueve de la Aviación (cuatro generales); 39 de la Guardia de Finanzas (cuatro generales). Algunos de éstos están ya jubilados.

Por su parte, el PSI, después de haber reunido a la dirección del partido, ha ordenado que los 37 socialistas que figuran en la lista de la P-2 suspendan todas sus actividades políticas durante diez días.

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