El Gobierno español mantiene intactas las fechas de adhesión a la CEE
El Gobierno español mantiene intactas las fechas de firma y adhesión (año próximo para la primera y 1 de enero de 1984 para la segunda) a las Comunidades Económicas Europeas, pese a que reconoce la existencia de dificultades internas en el seno comunitario que podrían poner en peligro la culminación de esta pretensión. Estas dificultades, sin embargo, no deben ser obstáculo para que el Gobierno de Madrid y de los países miembros continúen su proceso negociador, declaró ayer Raimundo Bassols, secretario de Estado para las relaciones con la CEE.
El responsable de la Secretaría de Estado hizo estas declaraciones a la Prensa a su llegada al Palacio de Congresos de Palma de Mallorca, donde ayer y hoy se celebra un seminario sobre la tercera ampliación de la CEE, en el que por primera vez participan en un mismo foro altos responsables de las negociaciones de los dos países interesados (España y Portugal) de la Comisión Europea, órgano comunitario encargado de las negociaciones.Al Congreso, que ha sido organizado por la asociación de antiguos, stagiaires de la CEE, asisten el vicepresidente de la Comisión Europea, Lorenzo Natali, el ministro portugués para las Relaciones con la CEE, Alvaro Barreto; el propio Bassols; el catedrático de la Universidad de Madrid Ramón Tamames, y Gabriel Barceló, presidente de la Asociación de Empresarios de Baleares.
En sus declaraciones, Bassols consideró como muy positiva la recepción por parte de Lorenzo Natali a la vieja aspiración española de entablar un diálogo paralelo con la CEE sobre los temas agrícola y pesquero, al tiempo que los Estados miembros comunitarios reforman sus estructuras productivas en estos dos campos.
Aunque algunos medios estiman que la aceptación por parte del Consejo de Ministros europeo y del Consejo Europeo (máximos órganos decisorios de la CEE) de estos planteamientos negociadores podría condicionar e incluso retrasar las fechas de entrada de España en las Comunidades, ya que ambos procesos de reformas quedarían vinculados en el tiempo, en algunos círculos españoles se considera que esta sería la única vía de avanzar en los dos únicos temas que obstaculizan teóricamente las negociaciones.
No obstante, Raimundo Bassols aseguró que las negociaciones hispano-comunitarias prosiguen a «una marcha absolutamente normal» y, por tanto, no es acertado, en su opinión, hablar de retrasos definitivos de las mismas. Según el secretario de Estado, el Gobierno español está pendiente de que el próximo 30 de junio, con la entrega al Consejo de Ministros de la CEE del documento base de negociación en el tema agrícola comunitario por parte de la Comisión Europea, se desbloquee el proceso de negociaciones internas comunitarias que hasta la fecha ha dificultado a su vez la negociación bilateral.
Por su parte, el ministro portugués para las Relaciones con la CEE, Alvaro Barreto, se quejó en su intervención en el congreso de los retrasos, obstáculos y dificultades con los que está tropezando la negociación de su país para la entrada en la Comunidad. Sin embargo, Barreto confió en que este proceso experimente una aceleración en un próximo futuro una vez que hayan desaparecido algunos factores políticos que dificultaban la adhesión. Barreto señaló que su país está ansioso por entrar en la Comunidad, pero que este deseo ardiente no debía confundirse con una entrada a cualquier precio.
Lorenzo Natali, en una intervención teórica sobre los problemas económicos y sociales que podrían derivarse de la tercera ampliación de la CEE, señaló que uno de los principales obstáculos que dificultan la adhesión de España y Portugal es la diferencia del grado de desarrollo que existe en estos países mediterráneos y los restantes miembros de las Comunidades.
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