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Iñaki Gabilondo: "Calvo Sotelo solicitó mi destitución"

Iñaki Gabilondo, director de los informativos de Televisión Española hasta el pasado viernes, manifestó ayer, a preguntas de los periodistas, que Leopoldo Calvo Sotelo, presidente de¡ Gobierno, había pedido su destitución a Fernando Castedo, director general del Ente Público RTVE.

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Iñaki Gabilondo precisó, también a petición de los informadores, que Fernando Castedo había mostrado la carta en que el director general contestaba negativamente a la petición del presidente del Gobierno en la sesión que el comité de dirección del Ente Público RTVE celebró el pasado martes. La petición gubernamental del cese alegaba como principal motivo la información que se facilitó en el telediario del lunes día 18 sobre el dictamen elaborado por un grupo de expertos bajo la dirección de García de Enterría.«Fernando Castedo se defendió como un león», dijo Gabilondo, «pero arreciaron las presiones a última hora y, a pesar de su esfuerzo, no pudo con ellas. La emisión de los reportajes sobre el paro pudo haber sido inoportuna a una simple lectura, pero aunque no se hubieran emitido difícilmente se habría evitado el encontronazo. Después del 23 de febrero nos hemos visto atropellados y nos hemos encontrado con una correlación de fuerzas que hace imposible el ejercicio de esa libertad de expresión, de la independencia profesional que garantiza el Estatuto de RTVE. La cuerda se rompió por el lado más flojo».

«Lo del informe García de Enterría es un pretexto», añadió Iñaki Gabilondo. «Ya había sido publicado por EL PAIS el viernes de la semana anterior. Yo creo que aquello no pudo ser una razón de peso para pedir mi cabeza, sino que la ofensiva de las presiones era ya muy fuerte. Decidí emitir el reportaje sobre el paro, primero, porque ya estaba programado con anterioridad, y segundo, porque bajar la guardia en estos momentos sería un grave error, sería condenarse a quedar en un recodo del camino. Yo me he preguntado: ¿qué deben hacer en estas circunstancias los demócratas españoles? Unos contestan que desarmar y vaciar de contenido la democracia. Otros, Yo con ellos, contestan que lo más prudente es defender los derechos democráticos. Eso de la crispación es un recurso académico. No comparto la teoría de la crispación. El. programa era un reportaje no sobre el paro, sino sobre los parados, y a un país no le viene mal mirarse en el espejo. La televisión, sobre todo los informativos, estaba en cotas muy bajas de credibilidad, y para obtenerla hay que acercarse a las fronteras del riesgo. Aquellos días, los informativos de Televisión ofrecieron el triste espectáculo de permitir el asalto al programa de la OTAN, quizá porque José Luis Balbín estaba fuera de Madrid. Si me hubiera ocurrido a mi, entonces yo ya hubiera roto la baraja».

El ex director de los informativos confirmó que Fernando Castedo le comunicó su destitución por teléfono, pasada la una de la madrugada del viernes. «Me llevé una gran sorpresa cuando me dijeron que me estaba desviando de la línea trazada. No me constaba que el director general estuviese insatisfecho del trabajo que estaba haciendo».

«Con asombro y con sorpresa, pero sin hacer juicios negativos», respondió Iñaki Gabilondo a la pregunta de cómo valoraba el hecho de que ninguno de sus más inmediatos colaboradores se haya solidarizado con él una vez consumada la destitución. «Quizá se deba a que yo tenga un grado superior de inocencia», comentó el periodista. «Aquí, en la casa, unos acogieron con entusiasmo la nueva etapa, pero otros la recibieron con una displicencia olímpica y no han facilitado la tarea. Esas personas están en todos los circuitos, pero la verdad es que no sé quiénes son».

Iñaki Gabilondo consideró su paso por Televisión Española «como una aventura que se ha terminado, como un coito interruptus. Considero la experiencia, en el sentido literal de la palabra, como un fracaso, porque sólo pasado cierto tiempo se podrían ver los resultados. Un fracaso porque no pudieron cumplirse los objetivos. Pero venir a Televisión Española me ha fortalecido, me demostré que puedo ser valiente, que soy joven, que estoy contento conmigo mismo».

Iñaki Gabilondo no tiene nada que llevarse del despacho. «Pediré una copia del último telediario para tener un recuerdo», dijo. «Mi contrato era por dos años. Ahora me voy al, paro y me darán una indemnización. Esto ha sido como una carrera de relevos. No hemos entregado el testigo en la curva que nos correspondía, se nos cayó de las manos. Ahora voy a descansar y a pensar, a ver si hay ofertas».

El ex director de informativos, ya destituido, no consideró elegante asistir a la asamblea de alrededor de ochocientos trabajadores que se celebró ayer en el vestíbulo de la Casa de la Radio. Iñaki Gabilondo envió un escrito en el que, entre otras reflexiones, dice: «No admito que se juzgue irresponsable mi comportamiento». Después de recordar que creyó en el estatuto y en la profesionalización del medio, añade: «Atropellado por el 23 de febrero, hube de elegir entre la acomodación a la nueva atmósfera cuitada, de democracia asustadiza, o la insistencia en la línea inicial. Me decidí por el segundo de los caminos». El escrito finaliza con esta invitación a la asamblea: «Recomiendo que se aúnen los esfuerzos de todos alrededor del director general y el equipo directivo para que se defiendan los derechos del estatuto desde la unidad más absoluta».

La asamblea aprobó, entre otros acuerdos, pedir la readmisión de Gabilondo en su cargo; que se investiguen ante la Comisión, parlamentaria de Control de RTVE las posibles responsabilidad del ministro de la Presidencia, Pío Cabanillas, en la destitución de Gabilondo; un minuto de silencio por la libertad de expresión en cada programa de Televisión Española, así como convocar una manifestación y exigir que se mantenga la línea informativa iniciada el 20 de abril por Gabilondo.

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