La izquierda pide a Calvo Sotelo que explique hoy mismo las contradicciones de los sucesos de Barcelona

Dirigentes de los principales partidos políticos manifestaron ayer su profunda preocupación por la democracia en España y el convencimiento, casi generalizado, de que tras los sucesos de Barcelona se esconde una nueva e importante fase del compló para desprestigiar el sistema de libertades. Los grupos parlamentarios del PSOE y del PCE pidieron ayer que el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, explique hoy mismo a la Cámara las contradicciones existentes respecto a los sucesos de Barcelona. Esta solicitud cuenta con el apoyo tácito del portavoz centrista en el Congreso, Miguel Herrero.

Los partidos parecen más decididos que en otras ocasiones a reclamar explicaciones serias acerca de hechos que casi todos creen enmarcados en una estrategia para terminar con la democracia en España. Según el presidente de la delegación española en la Conferencia de Seguridad y Cooperación, Javier Rupérez, todo ello constituye parte de una campaña de desprestigio de nuestro país en el exterior. Sin embargo, las fuentes no gubernamentales consultadas por EL PAIS evidenciaron ayer una gran carencia de información, así como una generalizada sensación de perplejidad por las contradicciones que se han producido.Los dirigentes de izquierda se muestran especialmente temerosos de que los ciudadanos se contagien de un total escepticismo respecto a las causas reales de tantos golpes y sorpresas, cayendo así en los fines pretendidos por los programadores de la estrategia de la tensión, si es que efectivamente existen.

La moción socialista enumera las distintas contradicciones aparecidas hasta el momento: cifra de asaltantes, filiación política, identidad de los mismos, fuentes de financiación, posibles instigadores de los hechos, armamento utilizado, fines perseguidos, formas de detención de los asaltantes, etcétera. Asimismo, dice que se pide la comparecencia del jefe del Ejecutivo «precisamente buscando el fortalecimiento, cara a la opinión pública, del Gobierno de la nación».

Por su parte, el PCE se expresa en términos de gran alarma ante lo sucedido el pasado fin de semana en Barcelona. «La mencionada acción terrorista», dice, «constituye un gravísimo atentado contra la paz, la democracia y la Constitución, y una clara provocación a las Fuerzas Armadas, precisamente en la semana de homenaje a ellas».

Y agrega: «Nos encontramos frente a una ofensiva del terrorismo y el golpismo contra la paz de los españoles, las instituciones democráticas, la Constitución y la Monarquía parlamentaria». También rechaza, por insatisfactoria, la versión oficial de estos sucesos, por dejar sin respuesta gran número de interrogantes que contribuyen a aumentar el clima de incertidumbre en la opinión pública».

Unión de Centro Democrático no ha emitido notas oficiales, pero su presidente, Agustín Rodríguez Sahagún, aludió a la necesidad de que se haga la luz en este asunto, y admitió la posibilidad de que la extrema derecha esté detrás de los hechos de Barcelona. Pero la declaración más favorable a la petición de explicaciones al Gobierno procede del portavoz del Grupo parlamentario Centrista, Miguel Herrero, quien manifestó, a mediodía de ayer, que, en su opinión, es posible y oportuna una comparecencia de un portavoz del Gobierno, que insinuó debería ser el propio presidente del Gabinete, para informar sobre los sucesos de Barcelona.

Al igual que muchos dirigentes políticos y otros ciudadanos, Herrero ve todo el asunto muy confuso y extraño, y no descarta ninguna versión de los hechos, entre ellas que se trate de un simple grupo de delincuentes que hayan intentado un golpe audaz, «pero todo eso hay que explicarlo, y de forma clara y fiable».

Gobierno de amplia base

A la hora de evaluar las salidas a la situación creada, distintos partidos políticos coinciden en señalar la debilidad del Gobierno actual y su falta de credibilidad para conducir al país, aunque el presidente de Unión de Centro Democrático ha resaltado la firmeza y serenidad del Gabinete.Para el dirigente comunista Simón Sánchez Montero -que sustituye como portavoz de su partido a Santiago Carrillo, ausente de España desde hace una semana-, el Gobierno de amplia base que nuestro país necesita debería estar formado por UCD, PSOE y las minorías catalana y vasca, con el apoyo parlamentario del PCE, siempre que se negocie con este partido el programa correspondiente.

En cuanto al dirigente aliancista Jorge Verstrynge, que igualmente sustituye a su presidente -Manuel Fraga se encuentra en Suráfrica-, «esto no puede seguir así, y es producto de una situación de profunda debilidad por parte de un Gobierno aislado, minoritario, incapaz de alterar el curso de los acontecimientos y que va a remolque de los hechos». La fórmula sería «un Gobierno de amplia base», cuya composición no precisa, aunque debería responder a la mayoría natural de la sociedad española.

El PSOE no ha reiterado oficialmente en esta ocasión su oferta a formar parte del Gabinete, si bien Felipe González declaró el domingo pasado que su necesidad es evidente. Durante el segundo congreso regional del PSOE extremeño, celebrado en Badajoz, informa nuestro corresponsal, el líder socialista rechazó la posibilidad de una coalición de derechas, «hecho que iría contra la representatividad social en la Cámara, cuyo 80% recae sobre UCD y PSOE».

La ejecutiva socialista permanecía anoche reunida en Madrid para evaluar la situación y ordenar datos sobre los sucesos de Barcelona y las investigaciones en marcha, con algunos contactos con el Gobierno a lo largo de la jornada. Algunos dirigentes del PSOE se inclinan por exigir mayor dureza al Gabinete en la clarificación de sus posiciones.