Los contactos bilaterales entre UGT y CEOE están prácticamente agotados, según Nicolás Redondo

Los contactos bilaterales entre UGT y CEOE están prácticamente agotados, y si no se quiere que las negociaciones tripartitas sobre el empleo fracasen es urgente que el Gobierno formalice el calendario de reuniones entre empresarios, Administración y sindicatos sobre este tema, manifestó ayer Nicolás Redondo en una conferencia de Prensa.

El líder del sindicato socialista, en su intervención, expuso que a juicio de UGT el acuerdo es posible siempre que contemple la creación de puestos de trabajo y la mejora de la cobertura del subsidio de desempleo. Si se aceptan estos dos temas, UGT consentiría en reducir los incrementos salariales para 1982 a un 10% (dos puntos menos de la tasa de inflación prevista), con una cláusula de salvaguardia que ajustara los salarios en caso de que el coste de la vida se dispare más allá de lo previsto. El sindicato socialista añadió que las pensiones debían incrementarse también en un 10%, pero que este porcentaje debía repartirse de forma inversamente proporcional a la cuantía de las pensiones (mayor, incremento para las percepciones más modestas). Los salarios de los funcionarios, a juicio de UGT, deberían incrementarse en un 8,5%, al que habría que añadir otro 0,5 % en concepto de productividad.Unión General de Trabajadores piensa que es imposible que sindicatos y empresarios acuerden, sin presencia del Gobierno, una política de empleo. Tampoco pretenden dar cifras de inversión o diseñar la política económica, responsabilidades que corresponden al Gobierno. Se trata, según dijeron, de que la Administración se comprometa a detener la caída del empleo (lo que supondría crear unos 350.000 puestos de trabajo) y a modificar la ley básica de Empleo, en el sentido de extender el subsidio de desempleo a doce meses y su disfrute a colectivos ahora excluidos por no tener suficientemente justificada la cotización de la Seguridad Social, cuando tengan responsabilidades familiares. Lo que no le decimos al Gobierno, insisteron, es la política económica que debe adoptar para cumplir esos compromisos. Esa es una responsabilidad del Gobierno, que en todo caso puede negociar o pactar con los partidos políticos o llevarla al Parlamento. Para UGT, el acuerdo tripartito tiene que ser netamente sindical.

El sindicato socialista, por otra parte, propugna un compromiso por parte de CEOE de contratación de 100.000 puestos de trabajo en las modalidades de formación y prácticas mediante un acuerdo de la patronal con el Instituto Nacional de Empleo. Asimismo propugnan que el Estado subvencione la Seguridad Social de 120.000 personas del colectivo de parados que hayan agotado el subsidio de desempleo y sean contratados por los empresarios.

Junto a estas medidas, UGT propugna el aumento de los fondos para el empleo comunitario de 17.000 a 24.000 millones y la elaboración de un censo de trabajadores agrícolas que permita, el próximo año, extender el subsidio de desempleo.

No pretendemos dramatizar, aseguró el dirigente ugetista Corcuera a EL PAIS, pero los contactos bilaterales UGT-CEOE no deben ir más allá de la presente semana. Los temas de conversación sobre este posible acuerdo están prácticamente agotados, y es hora ya de que el Gobierno se decida a formalizar estas negociaciones tripartitas.

Por otra parte, y con respecto a estas conversaciones, CC OO de Cataluña ha denunciado divergencias con la dirección estatal, que está dispuesta a que se pierda poder adquisitivo para disputar a UGT la imagen de sindicato moderado.