Israel parece decidirse por una solución diplomática a la "crisis de los misiles"
Philip Habib, enviado especial del presidente norteamericano Ronald Reagan, llegó ayer tarde a Damasco, por tercera vez en doce días, en un intento desesperado de evitar que los ejércitos israelí y sirio se enfrenten abiertamente sobre territorio libanés. En su misión, el diplomático cuenta con el visto bueno del Gobierno de Menájem Beguin, quien, el domingo concedió un nuevo margen de tiempo para que la crisis de los misiles se resuelva por medios diplomáticos. «Israel no quiere la guerra y hará todo lo posible por evitarla», afirmó Beguin.
Israel exice la retirada de los Sam-6 (de fabricación soviética) que Siria tiene desplegados en Líbano, a lo que este país se niega rotundamente. En un discurso pronunciado el domingo, el presidente sirio, Hafez Al Assad, calificó la instalación de las cinco baterías de misiles en el sur de Líbano como «un gesto mínimo y puramente defensivo».Moscú culpa unilateralmente a Estados Unidos e Israel de ser los responsables de la crisis que amenaza con transformarse en un nuevo conflicto armado en Oriente Próximo. El diario Pravda justificaba públicamente el domingo la instalación de los misiles, indicando que se trataba de una mera medida defensiva por parte siria.
En Israel, donde se esper4 de nuevo a Habib en las próximas horas, el líder de la oposición socialista y posible nuevo primer ministro, tras las elecciones del próximo 30 del junio, Shimon Peres, lanzó el domingo un llamamiento a Beguin para que su Gobierno encare la crisis dé los misiles al margen de la campaña electoral.
En una conferencia de Prensa, Peres propuso la «creación de un sistema de consultas conjuntas entre los partidos de la mayoría y de la oposición, de forma que la crisis sirio-israelí no forme parte del debate electoral».
Los libaneses entraron ayer en la octava semana de muerte y destrucción: unas treinta personas perdieron la vida y otras 130 resultaron heridas entre el sábado y el lunes, a lo largo de dos de las noches más violentas que ha vivido la capital libanesa. Los combates se centraron en la llamada línea verde, que separa los sectores musulmán y cristiano. Por otra parte, dos cazas israelíes sobrevolaron en la mañana de ayer las posiciones de las fuerzas árabes de disuasión, en el valle de Bekaa, al sur de Líbano, donde Siria tiene instalados sus misiles.
Ante el cariz que está tomando la situación, Argelia solicitó ayer una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros de la Liga Arabe para tratar «las agresiones y amenazas israelíes contra Líbano ».
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