Hernández Pla, indignado con los veterinarios

El reconocimiento de los toros de Hernández Pla puede traer complicaciones posteriores. El ganadero está irritado con la conducta de los veterinarios e incluso piensa utilizar todos los recursos reglamentarios ante quien proceda, por lo que considera extrañas connivencias al rechazarse uno de sus toros.Parece ser que el facultativo designado por la autoridad gubernativa para ejercer el arbitraje a que se refiere el artículo 73 del Reglamento Taurino se desdijo de su primera impresión favorable al toro rechazado y, solidarizado con el compañero que debía dar el dictamen conjunto previsto en el Reglamento, decidió que el toro no era apto para la lidia.

Hernández Pla ha expuesto a EL PAIS su estado de ánimo por esta conducta de los veterinarios y su estupor ante el hecho de que el facultativo designado para actuar libre de parcialidades perteneciera también al equipo de la plaza. Considera que todo esto es inadmisible y piensa llegar hasta el fin del asunto con todas sus consecuencias.

Le ha quedado como consuelo su satisfacción por el juego de los toros que pudieron lidiarse. Los ha visto muy bien con los caballos y sólo lamenta la mala lidia que se le dio al quinto, que, aunque salió suelto de los puyazos, se empleó a fondo con los picadores, hasta el punto de que tal vez salió congestionado de la vista.

También es triste que un toro de la calidad del primero de Hernández Pla fuera desaprovechado por su matador. Con ánimo y propósito de que esto no le ocurra viene hoy a Madrid Pepe Luis Vargas, que ha manifestado a EL PAÍS que no le preocupa la corrida de Guardiola. Ya mató en Sevilla toros de esta divisa, y sólo necesita dos toros para hacer el toreo que le gusta. Desconoce -dice- las gestiones que la empresa pudo hacer para que la cuadrilla del arte saliera con él. Precisamente él, que también se considera un artista, no habría puesto jamás inconveniente en llevarlos, aunque no hay que olvidar que él tiene su propia cuadrilla.

A Manili no le importa venir a una corrida dura, a pesar de que triunfó en la feria del año pasado, pues viene, como siempre, dispuesto a jugársela.