Aislar al terrorismo es el objetivo prioritario de las fuerzas democráticas, dice el partido comunista
El aislamiento político y social del terrorismo es el objetivo prioritario de todas las fuerzas democráticas, así como el paso necesario para consolidar la democracia y acabar con los intentos involucionistas. Así lo afirma el proyecto de tesis preparado por el Comité Central del PCE para el X Congreso, en el cual los comunistas rechazan categóricamente los métodos de acción terrorista, considerándolos como un atentado directo a los intereses de los trabajadores.De acuerdo con los argumentos que se exponen en dicho texto, el terrorismo atenta contra los trabajadores "al inhibir a las masas en la lucha social y política», y también porque pretende sustituir la lucha de los movimientos populares por la lucha armada de pequeños grupos.
Dice que la acción del terrorismo es instrumentalizada por las fuerzas más conservadoras, que controlan los principales resortes del Estado, a fin de. justificar la limitación de las libertades democráticas, favorecer el desarrollo de los aspectos más regresivos del Estado y negar en la práctica determinadas garantías fundamentales. El terrorismo sirve "para proteger y ocultar a la oligarqpía, al situar en primer plano el enfrentamiento contra el Estado, y desplaza el centro de gravedad de la lucha de clases, impidiendo en la práctica el desarrollo y la potenciación de los movimientos de masas».
Movilización ciudadana
Las tesis comunistas proponen una serie de medidas para luchar contra el terrorismo. La más importante sería «lograr un compromiso de todas las fuerzas políticas y sociales democráticas, para mantener una activa movilización ciudadana" ,en su contra», evitando que la acción terrorista gane la calle y consiga disgregar y paralizar a los ciudadanos, instituciones, sindicatos y partidos.En relación con el País Vasco, el PCE se opone a cualquier medida de excepción y plantea la necesidad de avanzar en el desarrollo de la autonomía -incluida la organización inmediata de la policía autónoma- y lograr el aislamiento social de ETA. Esta, organización «está arrastrando a los trabajadores y al pueblo vasco en general a una situación de deterioro».
Igualmente, se plantea la necesidad de una reforma policial, pero sin describir sus posibles contenidos, así como la importancia de aclarar las «sospechas fundadas» de que puedan existir conexiones entre determinados sectores de los aparatos de seguridad y las organizaciones terroristas de extrema derecha.
«La Guardia Civil, se dice también, «aun cuando mantenga su disciplina y organización militar, debe pasar a_depender exclusivamente del Ministerio del Interior, como es el caso de la Policía Nacional». Igualmente, se cita la conveniencia de cuidar de la «convicción democrática» de los mandos de las fuerzas de seguridad.
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