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La película de Dornhelm sobre Nijinski despierta gran interés en el Festival de Cannes

Con auténtico entusiasmo por parte de los delegados de la Prensa de todo el mundo se ha inaugurado en el Festival de Cine de Cannes la Semana de la Crítica, que recogerá los siete títulos, entre primeras o segundas obras, que los periodistas franceses han considerado como más representativos en la producción internacional. Ella baila sola, de Robert Dornheim, ha despertado tanto interés que en la puerta de la pequeña sala donde se proyecta se aglomeraron el público y los periodistas con gritos y empujones. Una vez salvada la dificultad para entrar, se encuentra uno con un documental sobre la hija de Nijinsky, que a los 68 años recuerda la figura de su, padre mezclando mitos y anécdotas reales sin mucho rigor ni encanto.

El público, sin embargo, celebra cada frase con grandes risotadas y se admira de los giros y cabriolas que la anciana interpreta ante la cámara. La estrella de la película es el bailarín Patric Dupond, que imita las creaciones de Nijinsky con inteligencia y brillantez. La película, en su conjunto, tiene suficientes aciertos para mantener el interés de la hora y media de proyección, pero no supone el documento auténticamente importante que se esperaba en este sentido. El Festival de Cannes sirve para confirmar, una vez más, que más que de películas completas el buen cine se abastece de buenos momentos.Que es, sin duda, lo que contiene la película finlandesa, otra de las sorpresas de estos primeros días. Corazón de fuego era vista con recelo por los asistentes, hasta el punto de que muchos abandonaron la sala en la primera media hora de proyección, más convencidos por sus ideas previas que por las imágenes de la película.

Esta, sin embargo, es ya candidata a algún premio, al menos al de interpretación femenina. La actriz Rea Maruanen, de físico parecido al de la francesa Andrea Ferrol interpreta con talento el papel secundario de compañera del escritor Maiju Massila, gloria nacional de la literatura finesa, aunque desconocido en el resto de Europa. Sus inquietudes políticas, que le llevaron a la muerte, sirven al director Pirio Honkasalo y a su colaborador Nekka Lehto para reflejar una etapa de la historia de su país, la que coincide con el principio de la revolución rusa, con abundancia de datos, con minuciosidad en la reconstrucción histórica.

Los auténticos platos fuertes están aún por llegar, aunque parece haber problemas para algunos de ellos. Por ejemplo, en lo que se refiere a la última película del director polaco Andrej Wajda, El hombre de hierro, parece no contar aún con la aprobación de los censores de su país. El documental de Jean-Claude Carriere sobre la figura de Buñuel, que debe formar parte del homenaje que el festival le prepara para el próximo día 22, aún no ha sido concluido. Como tampoco lo estaba la película sobre la hija de Nijinsky, que en sus primeras proyecciones tenla subtitulados sólo bobinas alternas. También parece que Bertolucci ha tenido que acelerar los últimos procesos de su película La tragedia de un hombre ridículo para llegar a tiempo al festival.

Los que sí comienzan a llegar masivamente son los actores y directores franceses, en busca muchos de la publicidad que les saque de la penuria que ahora vive el cine de su país, preparando otros el lanzamiento de Los unos y, las otras, la película de Claude Lelouch que basa su esplendor en el gran número de estrellas que conforman el reparto.

Dado que la película del húngaro Istvan Gaal Cuarentena, primera de su país que compite oficialmente, no ha llamado la atención de nadie -es de nuevo la vieja historia de un hombre que a sus cuarenta y pocos años hace balance de su vida pasada y decide reestructurarla-, el interés se vuelca sobre un viejo documental de John Huston, realizado hace 35 años, sobre un hospital psiquiátrico militar, que el Ejército de Estados Unidos ha retenido hasta ahora. Mañana tendremos ocasión de hablar más ampliamente de él.

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