Satisfacción en Argel e inquietud en Marruecos
En la región del Magreb, la elección del socialista François Mitterrand ha sido acogida de manera opuesta conforme a los cauces de la política exterior de los Estados en cuestión. Mientras en Argelia el triunfo socialista se recibió con extremada alegría, teniendo en cuenta el deseo del PSF de reconocer al Frente Polisario, y otro tanto ocurrió en Tunicia, donde su presidente, Habib Burguiba, calificó el éxito de Mitterrand como «brillante acontecimiento». La decepción fue total en Marruecos, por el motivo inverso.
En Argel se piensa que la política francesa en esta parte de Africa se modificará substancialmente con el anunciado reconocimiento saharaui. Así, el pasado mes de marzo fue recibido, con todos los honores, en la capital argelina, uno de los lugartenientes de Mitterrand, el alcalde de Marsella, Gaston Defferre, quien aseguró que encontró «una gran convergencia de puntos de vista» con las autoridades de Argelia, informa Manuel Ostos.
En Marruecos, al contrario, reina la preocupación, tanto por el giro que imprimirá Mitterrand a las relaciones de Francia con Argelia, como al fin de la política de amistad personal entre el rey Hassan Il y el ex presidente galo Valéry Giscard d'Estaing, a pesar de que a nivel oficial se pretende «limar asperezas» y se repite que «las relaciones franco-marroquíes trascienden a todo tipo de alternancia e imponderable». Quienes han acogido favorablemente el triunfo socialista son sus correligionarios marroquíes de la USFP, que esperan mejorar su situación interna, informa desde Rabat, Domingo del Pino.
En Tunicia, Burguiba envió un telegrama extremadamente afectuoso al nuevo inquilino del Elíseo, con quien espera colaborar «por el bien de esta región de Africa y del mundo». Representantes del socialismo tunecino se refirieron, asimismo, a lo irreal de una política abiertamente proisraelí de Mitterrand.
