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Sorpresa mundial ante la victoria de Mitterrand

WASHINGTON

Cautela en NorteaméricaLa victoria de François Mitterrand fue saludada con moderación por parte de la Administración norteamericana. En un telegrama de felicitación, Reagan expresó su «impresión» por el triunfo del líder socialista francés y prometió «trabajar conjuntamente en estrecha colaboración y entrevistarme personalmente con usted», informa desde Washington.

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El portavoz del Departamento de Estado, Dean Fischer, confirmó la prudencia marcada por el telegrama de la Casa Blanca, que fue uno de los últimos en la lista de los enviados a Mitterrand por los dirigentes mundiales. El Departamento de Estado, que dirige Alexander Haig, evitó entrar en comentarios sobre la eventual participación de los comunistas en el Gobierno de Francia. Tampoco especuló sobre el futuro de las relaciones de Francia con la OTAN o la amenaza de nacionalizaciones de empresas galas, que puede afectar a muchos intereses financieros estadounidenses.

El Consejo Nacional de Seguridad analizó el resultado del voto francés «sin prejuzgar el futuro», declararon fuentes de la Casa Blanca.

La Prensa norteamericana destacó las « contradicciones » del nuevo presidente francés, más proamericano que su antecesor, Valéry Giscard d'Estaing, en temas como Oriente Próximo, donde Mitterrand apoyó el proceso de paz iniciado con los acuerdos de Camp David o en las críticas a la Unión Soviética por la invasión de Afganistán.

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Reagan y Mitterrand coincidirán por vez primera en la cumbre político-económica que reunirá, a mediados de julio, en Ottawa, a los siete dirigentes de las principales potencias del mundo occidental.

MOSCU

Optimismo soviéticoLas primeras reacciones de los medios oficiales soviéticos, en particular la agencia oficial Tass y Radios oficiales soviéticos, en particular la agencia oficial Tass y Rava la elección de François Mitterrand como presidente francés, informa el corresponsal interino de EL PAÍS en la capital soviética.

Más allá de las especulaciones en torno a un supuesto «apoyo» de Moscú a Giscard, los medios oficiales soviéticos se apresuraron hoy a anunciar la elección del socialista en un tono que podría ser calificado de «mentís» a quienes afirmaban que el Kremlin apoyaba a Giscard d'Estaing.

En la derrota de Giscard influyeron el «desempleo, la inflación y el descenso del nivel de vida de los trabajadores», dijeron Radio Moscú y la propia agencia oficial Tass, cosa interpretada por los observadores en esta capital como un apoyo a la posición de Georges Marcháis, considerado aquí poco menos que el «artífice» del triunfo del socialista.

Ese es el aspecto fundamental que destacan los medios de información soviéticos de las elecciones francesas, cuyo resultado no parece haber sorprendido -ni mucho menos- al Kremlin, que, más allá de las «discrepancias» con el nuevo presidente, confía en los mentados «cuatro millones y medio de votos del PCF» para lograr que Mitterrand realice una política «de paz» que influya en Europa.

Dichas «discrepancias» no parecen ser de principios, porque, y lo anotaba el órgano del PC soviético, Pravda, François Mitterrand se dispone a seguir el rumbo de política exterior de Francia en los últimos quince años, es decir, «fortalecer la independencia del país y una política de paz, que exija el diálogo entre Este y Oeste»

BRUSELAS

Inquietud en la OTANSatisfacción en las filas de los partidos socialistas de los pequeños países miembros de la Comunidad Económica Europea y de la Alianza Atlántica, incertidumbre en el Mercado Común y una cierta inquietud en los medios diplomáticos aliados pueden ser las reacciones más significativas registradas en Bruselas ante el triunfo del candidato socialista ala Presidencia de Francia, François Mitterrand, informa

Fuentes oficiosas de la Alianza Atlántica hicieron saber ayer en Bruselas que la victoria de Mitterand no tendrá consecuencias en el seno de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), «siempre y cuando los comunistas queden excluidos del Gobierno». Francia es miembro de la OTAN, aunque no pertenece al mando militar integrado, y los socialistas pretenden mantener la situación actual.

Pero en el campo estrictamente político, Francia sigue siendo miembro de la Alianza Atlántica y además un miembro importante con el que hay que contar a la hora de adoptar decisiones de alta diplomacia. Recuérdese que Giscard fue el primer jefe de Estado occidental en entrevistarse con Breznev tras la invasión de Afganistán. No es extraño, pues, que medios oficiosos próximos al staff de la OTAN, que suelen reflejar el estado de ánimo de Washington, no ocultaran su inquietud ante el entonces eventual triunfo de Mitterrand. Y se comprenden mejor las alusiones del secretario general de la OTAN, Joseph Luns, en el sentido de que los miembros de la CEE no debían tratar en sus reuniones cuestiones relativas a la Alianza.

BONN

Schmidt, defraudado por la derrota de GiscardEl canciller federal alemán, el socialdemócrata Helmut Schmidt, se apresuró a enviaron telegrama de felicitación al nuevo presidente francés, el socialista François Mitterrand; pero en Bonn es un secreto a voces que Schmidt prefería una victoria de su amigo Giscard, informa

En Bonn se confía ahora en que el presidente del SPD y de la Internacional Socialista, Willy Brandt, consiga eliminar las posibles reticencias entre Schmidt y Mitterrand. En una primera reacción, sólo minutos después de conocerse el resultado de las elecciones francesas. Brandt comentó que el triunfo de Mitterrand demuestra la falsedad de la afirmación de que en Europa existe una tendencia hacia el conservadurismo. Schmidt envió antes de las diez de la noche del domingo un telegrama a Mitterrand, en el que expresa el deseo de reunirse pronto y dice que: «Yo en el futuro haré, como hasta ahora, todo para fomentar la cooperación franco-alemana, que es decisiva para Europa».

El presidente democristiano Helmut Kohl, declaró que la amistad franco-alemana es de los pueblos y no de los Gobiernos. «Los Gobiernos vienen y van, pero los pueblos quedan». Kohl predijo un período de inestabilidad en Francia, derivado de la convocatoria de nuevas elecciones parlamentarias, y aprovechó la ocasión para señalar las diferencias entre Schmidt y Willy Brandt.

El ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, declaró que se acepta plenamente la voluntad del pueblo francés y dijo que el Gobierno federal alemán trabajará igual que con su antecesor.

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