Los convenios de 1980 soslayaron los temas laborales ajenos al salario
La mayoría de los convenios colectivos negociados durante 1980 dedicaron su atención a los temas estrictamente salariales en detrimento de otros aspectos de las relaciones laborales, como organización y seguridad e higiene en el trabajo. La aplicación del Estatuto de los Trabajadores, en el presente año, atemperará en adelante esta tendencia.
En el capítulo positivo de la negociación colectiva del pasado año se apuntó la reducción de horas extraordinarias, la disminución de los repartos lineales (lo que favorece la apertura del abanico salarial) y una mayor sensibilidad hacia el absentismo.El aspecto negativo derivó de la escasa atención que la negociación puso en el estudio de la situación económica y financiera de las empresas.
Estas son las conclusiones entresacadas del estudio sobre La negociación colectiva en 1980, editado por tercer año consecutivo por el Ministerio de Economía y Comercio, y dirigido por Antonio García de Blas, subdirector general de Ordenación Económica.
El estudio parte de una muestra que abarca a 123 empresas mayores de quinientos trabajadores de los sectores industrial y de servicios, con un colectivo de 502.627 trabajadores.
Según el estudio, el incremento de la masa salarial bruta durante 1980 (sin incluir el coste de la Seguridad Social pagada por la empresa) se situó en el 15,6 %(el 14,7 %en el sector público y el 16,8% en el privado). Este crecimiento, en las empresas con pérdidas, fue del 13%, y del 16,5% en aquellas que tuvieron beneficios.
La masa salarial bruta por empleado se situó en 1.300.000 pesetas (1.500.000 incluida la Seguridad Social), y el sueldo bruto, en un millón de pesetas.
Las previsiones de incrementos de cuotas de la Seguridad Social se colocaron tres puntos por encima del incremento salarial, situación que se produce desde hace tres ejercicios y constituye una distorsión para la economía de la empresa.
La jornada anual fue de 1.870 horas (43 horas semanales), por debajo de lo pactado en el AMI. El sector que tuvo una jornada más reducida fue el de instituciones financieras (1.810 horas) y el de mayor jornada, transportes y comunicaciones (1.900 horas).
El estudio incluye un anexo en el que se refleja el contenido de los convenios. Entre sus conclusiones destaca la existencia de numerosos pluses con escasos efectos sobre la productividad, la aceptación de la movilidad funcional y el rechazo de la movilidad geográfica y la generalización del sistema de turnos.
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