Martín Villa busca apaciguar la cuestión catalana
El ministro de Administración Territorial, Rodolfo Martín Villa, viajará hoy a Barcelona para asistir a la toma de posesión del delegado del Gobierno en Cataluña, Juan José Rovira, en un acto en el que estarán presentes las primeras autoridades de la comunidad autónoma.
Martín Villa almorzó ayer con Miguel Roca, portavoz de la Minoría Catalana en el Congreso de los Diputados. Posteriormente, el presidente del Gobierno conversó también con Roca. Martín Villa ha sido en las últimas semanas el eje de las críticas de los nacionalistas catalanes, por considerarle a él como el impulsor en el seno del Gobierno de la presentación de un recurso de inconstitucionalidad contra la ley del Parlamento catalán sobre las diputaciones.Al parecer, otros miembros del Gobierno, entre ellos el ministro de Exteriores, Pérez-Llorca, se mostraban partidarios de contemporizar en el tema de las diputaciones y buscar un arreglo político, por considerar, como así sucedió, que el recurso ante el Tribunal Constitucional iba a ser interpretado en la Generalidad como una actuación contra la autonomía catalana. El que en esta ocasión el interlocutor gubernamental de Miguel Roca no haya sido Pérez-Llorca, que durante largo tiempo ha tenido la exclusiva de los contactos con la Minoría Catalana, podría ser interpretado como un acercamiento de posiciones.
Las reticencias de los nacionalistas catalanes hacia el titular de Administración Territorial se han visto incrementadas también por el hecho de ser Martín Villa el impulsor de una pretendida modificación de la ley Electoral con capacidad de limitar la presencia parlamentaria de los nacionalistas.
Un tercer agravio para los nacionalistas catalanes procedente de Martín Villa es el proyecto de ley de Administración Local en lo concerniente a las diputaciones. El propio presidente de la Generalidad declaró con motivo de su última visita a Madrid que esa ley, significaba la «laminación de la Generalidad».
La dulcificación de este proyecto de ley es uno de los objetivos perseguidos en estos momentos por las autoridades catalanas y el tema estará sin duda presente en la conversación Martín Villa-Pujol. El proyecto de ley, por otra parte, todavía está pendiente de la aprobación por el Consejo de Ministros, a la espera de que la Dirección General de lo Contencioso emita informe sobre el mismo. Cabe, por tanto, una modificación.
En el penúltimo Consejo de Ministros, celebrado antes de Semana Santa, el proyecto de ley de Administración Local fue discretamente aparcado, cuando se daba por sentado que ese día seria aprobado para su remisión a las Cortes. Un sector del Gobierno, entre el que podrían Ggurar Pérez-Llorca y Pío Cabanillas, se mostraba partidario de someter el proyecto de ley al informe previo del Consejo de Estado. Un acuerdo de este tipo hubiera supuesto, ante las expectativas creadas y después de la crítica tajante de Jordi Pujol, un claro revés para Martín Villa. Este fue, al parecer, el artífice de la ocurrencia de remitir la ley a la Dirección General de lo Contencioso, órgano dependiente del Ministerio de Hacienda, al que impropiamente se le convierte en instancia asesora.
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