Teología e iglesia
Ante la confirmación de la separación de sus cátedras de los profesores Juan Antonio Estrada y José María Castillo y su relegación a tareas marginales, acusados de haber «fomentado la falta de amor a la jerarquía», nos vemos impelidos evangélicamente a tomar postura ante tales hechos.Pensamos que no hay nada en contra del dogma ni de la doctrina de la fe en las clases impartidas por estos teólogos, sino que el problema de fondo parece ser la incapacidad de la jerarquía de asumir una realidad social crítica, que tiene que reflejarse en la Iglesia andaluza en concreto, y que los obispos han intentado paralizar con su actuación autoritaria.
Cuando menos pensamos que es una sanción lamentable, puesto que como sanción lo tenemos que entender. En ella vemos la doble medida, desigual, con que en la Iglesia se tratan a los que intentan de una manera crítica seguir abriendo caminos y a los que, por el contrario, amparados en lo «oficial», imparten una enseñanza anacrónica, insulsa y anodina.
Este tipo de procedimiento denuncia que el ejercicio del magisterio puede llegar a ser puesto en vigor mediante el ejercicio del poder coactivo, como ha sido en este caso.
En el fondo de este asunto hay un problema más amplio, que es el de las relaciones jerarquía- Iglesia «de base», en el que «los recelos antijerárquicos» obedecerían más bien a que la jerarquía no ha sabido ser «luz del mundo» y no a las actitudes críticas de los teólogos.
Pensamos que actitudes como las del motivo de esta carta no ayudan a cambiar la visión que sobre la Iglesia-jerarquía se tiene como autoridad y poder, ya que ésta, más que nadie, puede efectuar la conversión del poder en servicio, como nos enseña Jesús de Nazaret en toda su vida.
Por tanto, las Comunidades Cristianas Populares pedimos que sean restituidos en sus puestos de la facultad de Teología los profesores anteriormente citados, por el servicio que están prestando a transformar nuestra Iglesia para que cada vez sea más evangélica; nuestra Iglesia está necesitada de libertad, como hemos visto en todo lo dicho más arriba.
Las Comunidades Cristianas Populares hemos tomado con esperanza la tarea de crear espacios de libertad dentro de la Iglesia, a la que amamos sin reservas, y la que queremos que cada vez sea más libre. Sólo si hay libertad y derecho en la Iglesia se hará creíble su palabra y su misión. /
en representación de las Comunidades Cristianas Populares de Málaga.
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