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"Violencia y legalidad", tema del próximo Congreso de Filósofos Jóvenes

En la clausura del XVIII Congreso de Filósofos Jóvenes, este colectivo, definido por el profesor Jarauta como «una alternativa capaz de formular, todavía, alguna esperanza», acordaron celebrar su próximo encuentro anual en Santiago de Compostela, en torno al tema central: Violencia y legalidad.

Las dos últimas ponencias las presentaron los profesores Francisco Jarauta, de la Universidad de Murcia, y Eduardo Subirats, de la Escuela de Arquitectura de Barcelona. El trabajo de seminarios, durante los días de este congreso celebrado en Córdoba, las reflexiones y análisis se han centrado en temas tales como Ilustración y melancolía, Progreso y libertad, En busca de la oscuridad o la voluntad de saber, La antropología de Rousseau en Levi Strauss, y otros que afectan a temas de religiosidad, feminismo y aspectos casuísticos, analizados desde el contexto del pensamiento ilustrado.El profesor Jarauta habló sobre El destino de la razón ilustrada, denunciando cómo un mínimo rigor sobre la crítica histórica demostraría que ese destino va a venir condicionadamente impuesto por la instrumentalización que de esa razón ilustrada va a ir haciendo, sucesivamente, la sociedad burguesa. Una instrumentalización que la reconvertirá alternativa y permanentemente en algo asimilable a sus propios proyectos sociales.

El profesor Subirats analizó el tema de La muerte de la modernidad, considerado como la formulación con que la vanguardia artística asumió los valores de la Ilustración, como un programa universal comprensivo de ámbitos de vida y de trabajo.

Inculpó de su muerte al desfase con una utopía esperanzadora en la que soportar la propia utopía científica, técnica, mecanicista, maquinista. El «todo es una maquina» de Le Corbusier se sustentaba no sólo en la idolatría tecnológica, sino en los movimientos revolucionarios. Estos pretendían liberar al hombre de sus duras cargas de la avaricia y la hostilidad de la naturaleza con la contribución de la máquina, el progreso, la razón.

El fracaso, para Subirats, viene hoy determinado, ante la situación actual de los países desarrollados en los que el Estado paternalista está en bancarrota, en que éste se ha convertido en un tutor cínico claramente vinculado al progreso militar y a la destrucción, especulativamente deshumanizadora, de la ciudad, hoy monstruo invisible.

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