_
_
_
_
Crítica:OPERA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una atractiva velada con Carreras y Cappuccilli

La tradicional gala de la temporada de ópera madrileña, celebrada a beneficio de AMADE, y presidida por la reina Sofia, ha constituido un gran éxito desde el punto de vista artístico, aunque en esta ocasión no se llenara el teatro Real, a pesar del atractivo que siempre supone la presencia de dos cantantes como Carreras y Cappuccilli.Siempre es peligroso sacar a la ópera de su contexto dramático, escénico en este tipo de programas mosaico; no se puede olvidar que este particularísimo género no es solamente musical. Sin embargo, los dos artistas de esta ocasión consiguieron llevar al concierto esa arrebatadora fuerza que caracteriza a la ópera romántica. Es un placer extraordinario oír la mísica sin los tradicionales defectos que invaden los escenarios más ilustres con tanta frecuencia.

Gala de la XVIII Temporada de la Opera

Piero Cappuccilli (barítono).José Carreras (tenor). Orquesta Nacional Director: L A. Garcia Navarro. Obras de Rossini, Leoncavallo, Verdi, Ponchielli, Bizet, Cilea y Giordano. 22 de abril 1981. Teatro Real

Tanto Carreras como Cappuccilli poseen -y no es ocioso el remarcarlo- una afinación perfecta, un vibrato justo, una exquisita tímbrica (no sólo una voz extraordinaria), una excelente cuadratura y un fiato que, además de grande, es musical. Por si esto fuera poco, los dos tienen un gran temperamento y son dos intérpretes musicales e inteligentes. Si en Cappuccilli nos arrebata la bravura, la belleza de una voz redonda en todos los registros, la contundencia de un fraseo enormemente retórico (y la buena retórica no es un defecto, sino una virtud importántísima en esta como en tantas otras músicas), en Carreras encontramos una personalidad extraordinaria que comienza en la voz misma y que termina en una musicalidad fuera de serie: su Romanza de la flor, de Carmen, su Improvviso, de Andrea Chenier, y su Lamento de Federico, de La Arlesiana, de Cilea, fueron magistrales.

Con todo, lo mejor de la velada lo encontramos seguramente en el dúo de Rodrigo y don Carlo del segundo acto del Don Carlos verdiano, y en el dúo de don Alvaro y don Carlo del cuarto acto de La forza del destino: música genial en interpretación extraordinaria.

Además de los fragmentos citados, pudimos oír el dúo Enzo Grimaldo, príncipe di Santa Fior, de la Gioconda, de Ponchielli; el prólogo de Payasos, el Nemico della patria, de Andrea Chenier, y el Pietáà rispetto, amore, de Macbeth. Ya fuera de programa, ambos cantantes regalaron el dúo de Marcello y Rodolfo del cuarto cuadro de La Bohème.

Luis A. García Navarro dirigió a la Orquesta Nacional las oberturas de Semíramis, Vísperas sicialianas y la Fuerza del destino, en brillantes versiones más atentas a la letra que al contenido, y acompañó con soltura, aunque no siempre con firmeza. El éxito para todos ellos fue muy grande.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_