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PRENSA

El rigor del jurado Pulitzer, puesto en entredicho por la Prensa norteamericana

«Deberíamos haber hecho la selección de temas con mayor formalidad. Con toda seguridad seremos más suspicaces en el futuro. Algunos jurados ya han dicho que no considerarán las historias que no estén debidamente apoyadas por fuentes identificables», ha asegurado Richard Baker, secretario de la dirección de los premios Pulitzer.

El engaño de Janet Cooke, reportera del Washington Post, que con una historia inventada, en la que narraba la experiencia de un niño negro, de ocho años, inducido a la heroína por el amante de su madre, convenció al jurado Pulitzer, ha desencadenado una ola de lamentaciones en la Prensa, de críticas por parte de los propios periodistas y del público y la suspicacia de los norteamericanos respecto de un premio, el Pulitzer, que es el más prestigioso del mundo de la comunicación.Las ediciones de los diarios norteamericanos de ayer estaban llenas de preguntas respecto a la forma en que Janet Cooke fue capaz de salvar todos los controles de veracidad que cualquier gran periódico aplica a los trabajos publicados. Mientras Janet Cooke permanece encerrada en su casa, víctima de una profunda depresión, y la historia de sus mentiras ha llenado de estupor y curiosidad a los lectores americanos, Benjamin Bradlee, editor ejecutivo del Washington Post, sostiene en la edición de ayer: «La credibilidad de un diario es su más preciado don, que depende, casi exclusivamente, de la integridad de sus reporteros».

Los reporteros del Washington Post, por su parte, afirman que el artículo de Janet Cooke dividió a los profesionales cuando, en septiembre pasado, iba a ser publicado. Mientras unos sospechaban la falta de veracidad de la historia, otros aseguraban que el secreto profesional de la reportera amparaba la historia. Ayer, los profesionales del Washington Post reflexionaban sobre las tremendas presiones a que se ven sometidos los profesionales y los diarios en una sociedad tan competitiva como la americana: «La política interna del diario es exaltar la tensión creativa de los profesionales hasta el punto de enfrentar a unos y otros con el único objetivo de alcanzar el estrellato».

El Wall Street Journal, único diario norteamericano de difusión en todo el territorio nacional, preguntaba ayer en un editorial: «¿Son tan grandes las presiones de la competencia en las redacciones de los diarios de las grandes ciudades que se anteponen éstas a lo sustancial?».

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