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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La grúa, en Moratalaz

Por lo visto, el nuevo Ayuntamiento democrático piensa aprovecharse de los fallos cometidos por el anterior. Por ello le es muy cómodo mandar la grúa a Moratalaz, sabiendo de antemano que una gran parte de los coches están mal aparcados debido a la falta de infraestructura que el barrio padece.El sábado 11 de abril, sobre las once de la mañana, en la plaza de Pablo Garnica, y a pesar de las protestas de un grupo de vecinos, entre los cuales me encontraba, la grúa municipal actuó con total desprecio y sin tener en cuenta que el barrio carece de aparcamientos suficientes. Por otra parte, y para más inri, a pesar de que los responsables de Tráfico del Ayuntamiento se les llena la boca diciendo que la grúa sólo actúa cuando los coches obstaculizan la circulación, se llevaron vehículos que en absoluto impedían el tráfico.

Está claro que para Moratalaz las normas municipales son distintas, a pesar de ser un barrio dormitorio del extrarradio, en el que los problemas de circulación no tienen nada que ver con los del casco urbano. Yo le preguntaría a la junta municipal del barrio qué ha hecho o que piensa hacer en este sentido, porque si el Ayuntamiento continúa en esta línea resultará que el verdadero parking de Moratalaz será el depósito del Ayuntamiento. Si el anterior Ayuntamiento se equivocó, aprobando unos planos sin aparcamientos suficientes y no obligando a Urbis a que en determinado tipo de viviendas construyera aparcamientos subterráneos (como está prescrito en la ley), no tenemos los vecinos por qué pagar esos errores, sino que es el nuevo Ayuntamiento el que debe tratar de resolverlos en lugar de acrecentar las dificultades.

A ningún vecino le hace gracia tener que subir el coche a la acera cuando llega del trabajo si no tiene otro sitio donde dejarlo.

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Este problema, como otros muchos que padece el barrio, tiene un nombre: fraude, que, según el diccionario, significa «engaño para procurarse una ventaja en detrimento de otro, y una burla de la ley o de los derechos que de ella se derivan»./

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