Calvo Sotelo convoca a los presidentes de los siete grandes bancos

El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, ha convocado a los presidentes de los siete grandes bancos del país a un almuerzo de trabajo, que se celebrará, el próximo martes, en el Banco de España, según una información que ayer recogía Diario 16. A esta reunión acudirán también el ministro de Economía y Comercio, Juan Antonio García Diez; el gobernador del banco emisor, José Ramón Alvarez Rendueles, y el presidente de la Asociación de Banca Española, Rafael Termes.El encuentro se inscribe dentro de los contactos que Leopoldo Calvo Sotelo está manteniendo con las diversas fuerzas políticas, económicas y sociales del país.

Aunque los invitados no tienen una idea muy concreta de cuál va a ser el programa de trabajo a desarrollar durante la comida, no dudan de que los grandes temas de divergencia entre el sector y la Administración se suscitarán. Las reivindicaciones actuales de la banca vienen dadas casi siempre por el programa de ordenación del sistema financiero en general, y del grupo bancario en particular.

Medios próximos al sector vienen considerando como puntos más conflictivos entre la banca y el Gobierno los siguientes: la política de emisión de deuda a corto plazo que pueda desarrollar el Banco de España, la dirección y aseguramiento, por parte de las entidades bancarias privadas, de las emisiones de deuda pública; las relaciones con la banca extranjera y, más concretamente, los programas que esta última está desarrollando para facilitar su expansión, a través de la compra de bancos en crisis o bien mediante la adquisición de sociedades de financiación; el tema de la ampliación de los mercados de dinero, que hasta ahora tenían reservados junto con las cajas de ahorro y, más concretamente, los proyectos de que las sociedades de intermediación en estos mercados no cuenten con participación bancaria.

Por parte de los representantes del Gobierno, previsiblemente, se planteará la necesidad de que la banca asuma la financiación de sectores que puedan tener influencia decisiva en el proceso reactivador de la economía nacional. El progresivo deterioro de las relaciones entre el Gabinete y el sector, algunos de cuyos representantes vienen quejándose de ser objeto de un trato discriminador e incluso persecutorio, será lógicamente otro de los puntos a tratar.