Los transportes urbanos de Barcelona, gravemente afectados por la huelga

Los servicios del transporte urbano de Barcelona, así como los que unen esta ciudad con algunas importantes poblaciones de su cinturón industrial, se vieron ayer seriamente afectados en su funcionamiento a consecuencia de la huelga protagonizada por los trabajadores del servicio. La acción fue convocada por CC OO y UGT -en el Metro también se sumó el SU- y tenía una duración prevista de veinticuatro horas. La huelga se reanudará mañana, miércoles, y todos los lunes y jueves que quedan en el mes de marzo.

El paro afectó a unos 6.500 trabajadores de autobuses urbanos y a unos 3.500 del servicio metropolitano. Ambas empresas están municipalizadas. También se efectuaron paros parciales de dos horas de duración, en cada uno de los tres turnos, en los Ferrocarriles Catalanes y de Sarriá, en la actualidad dependientes de la Generalidad.Precisamente la Generalidad y el Gobierno habían decretado en días pasados el establecimiento de unos servicios mínimos. Con ello se pretendía que, a pesar de la huelga, los trabajadores aseguraran el normal funcionamiento de. transporte urbano en horas de mayor afluencia de viajeros. Sin embargo, estos servicios no se llevaron a cabo en su totalidad debido a que los trabajadores los boicotearon.

Estaba previsto que los autobuses urbanos funcionarían de seis de la mañana a 9.15 horas y de cuatro de la tarde a las 2 1.00 horas, y que el Metro haría lo mismo entre las 5.15 horas y las 9.15 horas y entre Ias 17,15 y las 21.15 horas. Aparte, en tres líneas de Metro -la I, III y la V- habría servicio normal entre las 13,30 horas y las 15.30 horas. Los turnos de la mañana se respetaron, pero no así los servicios de Metro del mediodía -sólo funcionó parcialmente la línea V- y los autobuses no funcionaron normalmente hacia pasadas las seis de la tarde.

Amenazas de despido

Según información facilitada por los huelguistas, numerosos trabajadores recibieron cartas de la dirección de la empresa amenazándoles con el despido en caso de no atender los servicios mínimos.El propio alcalde de Barcelona, el socialista Narcís Serra, acusó ayer a los tralbajadores de «falta de conciencia» al plantear la huelga. Las declaraciones de Serra, recogidas en el matutino Hoja del Lunes, provocaron una dura respuesta del sindicato de transporte de CC OO, el cual acusaba al alcalde socialista de autoritario.

«Si el Ayuntamiento cediese por la comodidad de un día -manifestaba Serra en el citado periódico- traicionaría su obligación de servir a los ciudadanos, que en estos momentos pasa por contener el déficit de transportes». En efecto, la oferta salarial de la dirección de transportes de Barcelona, es decir, el Ayuntamiento, llega a un 12% para el caso que los trabajadores acepten una serie de medidas de reestructuración.

Según el Ayuntamiento, estas medidas reducirían el enorme déficit que actualmente arrastra el municipio a consecuencia del transporte urbano. Los trabajadores, por su cuenta, rechazan tales medidas por considerarlas perjudiciales y que lesionan los derechos adquiridos (reducción de plantilla, movilidad, disponibilidad horaria, etcétera).

En un comunicado público, el sindicato del transporte de CC OO acusaba anoche al alcalde socialista Narcís Serra de mantener una actitud «demagógica y provocadora». Según CC OO, el alcalde pretendía con sus declaraciones «demostrar ante la derecha que es capaz de mostrar mano dura contra los trabajadores».