El temor de los médicos a perder sus prerrogativas sociales y es el principal factor de la crisis
Las razones últimas del conflicto que enfrenta actualmente a un importante número de médicos de la Ciudad Sanitaria Provincial parecen apuntar en realidad a la incompatibilidad ideológica entre unos y otros, así como al temor de los primeros a perder una serie de importantes prerrogativas que, según los directivos de la Diputación, habían venido ostentando desde siempre, y que abarcan aspectos económicos y políticos. Entremezclados, se podría citar la particular fobia personal que sienten contra el actual director del hospital, elegido por la mayoría del :3obierno provincial de izquierdas le la Diputación, José Luis Barros.Los propios afectados niegan rotundamente que en su protesta intervengan los factores aludidos e insisten en ceñirlos exclusivamente a razones profesionales.
A estas alturas, nadie se atreve a sostener, y así lo han dicho también los médicos, que la simple contratación admininistrativa de un anestesista -plaza que, tras la dimisión de éste, se sacó a concurso- sea motivo por sí solo para generar un movimiento de protesta como el que se gesta en el centro sanitario, y que por ahora afecta a unos 360 médicos de un total de aproximadamente 800, y entre ellos la práctica totalidad de los profesores, cargo similar al de jefe de servicio en la terminología usada en los hospitales de la Seguridad Social. Tampoco la incoación de un expediente contra dos médicos, que aún no ha pasado siquiera a la fase de recogida de declaraciones de las partes, aunque provisionalmente ambos estén suspendidos de empleo y sueldo, parece justificar la amenaza de una huelga que paralizaría el mayor centro hospitalario del país.
Todas las versiones recogidas por EL PAIS entre el personal del centro coinciden en señalar como reales las razones enumeradas anteriormente. Para poder valorar en su justo alcance la actitud inflexible y airada de los médicos, es necesario retroceder varias décadas, y observar cómo se va formando el equipo de altos médicos, que en la práctica, y con la conformidad de los anteriores presidentes de la Diputación, han ejercido realmente el máximo poder decisorio.
Así, no es de extrañar que el profesor Franco Manera culpara del deterioro de la asistencia sanitaria a Enrique Tierno Galván -que preside el Ayuntamiento madrileño, pero no tiene nada que ver con la Diputación- con expresiones tan insultantes que le valieron la apertura de un expediente, actualmente en tramitación.
La mayoría de ellos han -ocupado los principaies puestos de los diferentes servicios del hospital, y desde allí han ido eligiendo a discreción a sus colaboradores hasta formar un grupo de presión con una capacidad real de influencia. El sistema digital como acceso al trabajo en la Ciudad Sanitaria ha funcionado siempre a pleno rendimiento; de ahí la actitud de los representantes de CC OO y UGT (algunos de los cuales no se recatan que también ellos entraron de la misma forma hace años, porque era casi la norma general) al enterarse de que los médicos califican de antidemocrática la contratación administrativa directa y por un año improrrogable de un anestesista y lo consideran motivo suficiente para ir a la huelga.
Fuentes de la Diputación y del centro sanitario analizaron que existe una incompatibilidad casi visceral entre la mayoría de os cargos médicos y la actual corporación de izquierdas, representada en la persona concreta de María Gómez de Mendoza, diputada provincial socialista. Por eso, cuando la Diputación tiene que elegir un profesional para ocupar el puesto de director técnico, encargado de llevar a cabo la serie de reformas necesarias, recurre al doctor en cirugía general José Luis Barros, hombre de reconocida solvencia profesional -como los anteriores, pues nadie pone en duda los conocimientos y la experiencia de estos médicos- y que desde su entrada en la Ciudad Sanitaria sufrió la discriminación de aquéllos, por sus también reconocidas características de hombre liberal, relacionado con toda la intelectualidad de izquierdas.
El doctor Barros es un hombre exigente en sus planteamientos, y ha solucionado el problema de la congestión en las urgencias por el sistema de ordenar a cada jefe de departamento que procure tener siempre dos o tres camas disponibles para estos caso. El mismo, y su equipo, rechazó en varias ocasiones a ayudantes de quirófano que creía no estaban suficientemente preparados, y no se ha reprimido en señalar al servicio de anestesistas, por ejemplo, que no se puede entrar en el antequirófano vestido de paisano. El doctor Barros ha llegado, en su celo profe-
El temor de los médicos a perder sus prerrogativas políticas y económicas son el principal factor de la crisis
sional, a presentarse de improviso, a altas horas de la madrugada, en diversos departamentos, observando con estupefacción que faltaban de su puesto la mayoría de los médicos de guardia. Muy sensibilizados por la congestión del servicio de urgencias que el hospital surgió hace unos dos meses, y que fue muy aireado por la Prensa, las primeras medidas han ido dirigidas a atajar el problema. De ahí una de las acusaciones más esgrimidas por los profesores, que le acusan de querer convertir el hospital en un enorme centro de urgencias. Lo que está claro, y así lo ponen de manifiesto los últimos comunicados del conjunto de los profesores, es que consideran a José Luis Barros como su enemigo público número uno. En la asamblea celebrada el jueves 12 de marzo, por la noche, su dimisión, junto con la retirada de los expedientes, fueron las dos condiciones indispensables planteadas para renunciar a ir a la huelga.Apoyos importantes
El ostentar el poder político conlleva en cierta forma prerrogativas profesionales que redundan en la economía personal. Son, por lo general, los mismos profesores de servicio los que ocupan las veintitrés consultas de la clínica privada, instalada con un nivel de lujo que contrasta notablemente ,con la modestia del resto de las instalaciones del centro.
Son también todos ellos los que dimitieron de sus cargos administrativos, como actitud de protesta, en la asamblea celebrada el jueves 5 de marzo, en la que se pidió la dimisión de María Gómez de Mendoza y José Luis Barros.
No es de despreciar su poder a cumulado. En la Diputación se tiene conciencia de que puedan desencadenar una: huelga con posibilidades de recibir el apoyo del Colegio Oficial de Médicos de Madrid. Matos Aguilar es actualmente el presidente del Colegio, y hermano de un diputado provincial en la anterior Corporación. Muy amigo también de Enrique Castellanos, último presidente digital de la Diputación Provincial, quien en los últimos días ha aglutinado al actual grupo de diputados provinciales ucedistas para aislar al actual portavoz, Enrique Sánchez, y exigir a la izquierda la convocatoria de un pleno extraordinario en el que se debata la situación conflictiva por la que atraviesa el hospital.
El doctor Rivas, anestesista en el Hospital Infantil de la Ciudad Sanitaria, también parece opuesto a las reformas anunciadas por la dirección del centro, es el representante en el mismo de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos.
Hay que mencionar los contactos y amistades trabados después de muchos años de profesión con otros colectivos de médicos repartidos por Madrid y el país en general, entre los que están los de la Beneficencia Municipal del Ayuntamiento de Madrid, hoy enfrentados totalmente a la reforma emprendida por éste, por cuanto les supone perder un horario que les permitía tener más de un empleo, según denunciaron en su dia CC OO y UGT.
, De hecho, en los últimos días se han producido ya las adhesiones del Colegio Oficial de Médicos de Madrid -cuyo presidente es director del Hospital Infantil de la Ciudad Sanitaria-, de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos y de los sindicatos médicos provinciales de doce o trece zonas distintas del país. La huelga, en caso de desatarse, puede alcanzar proporciones nacionales. Las secciones médicas de CC OO y LIGT han enviado información a todos los centros más importantes del país precisamente para contrarrestar en lo posible esta posibilidad.
"Convenio de franja"
En sus intervenciones públicas se cita continuamente la necesidad de solucionar los graves problemas que sufre el hospital y que provienen de varios años atrás. En la Diputación se responde que parecen olvidarse de que ellos mismos podrían haberlo hecho, desde sus cargos, aparte de que efectivamente ese es el objetivo:) que persiguen las reformas emprendidas: las medidas a adoptar tras el resultado de la auditoría (véase: EL PAIS de ayer), y a lo que tiende el nuevo proyecto de reglamento interno. pendiente de estudio, cuestión esta última que aún no se ha citado públicamente, pero que la dirección el centro sabe que no es de su agrado.
De hecho, los médicos deciden no presentarse a las elecciones sindicales, a cuyos comités niegan ahora la representatividad, y se definen por continuar el apoyo a una comisión negociadora de ocho médicos elegidos entre el colectivo, para intentar arrancar la negociación de un convenio de franja, separado del que se negocia para el resto del personal. María Gómez de Mendoza ya ha anunciado claramente que no aceptará tal planteamiento, y que las mejoras salariales que les correspondan se tratarán en el marco del convenio general. La Diputación está decidida a apoyar los legítimos intereses de los médicos y su adecuado nivel de retribución.
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