Canadá y EE UU aplazan la solución de sus desacuerdos

Canadá y Estados Unidos decidieron, «con la mejor voluntad y franqueza», aplazar las soluciones de los problemas que los separan a raíz de la visita de dos días a Ottawa del presidente Ronald Reagan.

El jefe de la Casa Blanca aprovechó su primer viaje al extranjero para hacer un llamamiento a los países occidentales para que se opongan «al aventurerismo soviético» en el mundo.

Además del comienzo de diálogos concretos entre los ministros de cada Gobierno, Reagan obtuvo en Ottawa, si no la aprobación, al menos el apoyo tácito de Pierre-Elliot Trudeau, primer Ministro canadiense, a la política estadounidense en El Salvador. «Estamos de acuerdo en decir que la solución en El Salvador debe ser política», declaró Trudeau ayer, resumiendo sus conversaciones al respecto.

Trudeau había criticado duramente con anterioridad el aumento de la ayuda militar norteamericana a El Salvador.

Por su parte, Reagan dio la impresión de estar bien preparado durante su primer examen en el extranjero. «Es un maravilloso punto de partida para el Gobierno Reagan», afirmó el secretario de Estado, Alexander Haig

Ambas partes no ocultaron que los problemas pendientes no encontraron solución, caso de la pesca, la energía o la polución atmosférica. Los responsables canadienses no dieron muestras de poder lograr un rápido acuerdo. «No hemos obtenido todo lo que esperábamos por ahora», declaró ayer el ministro canadiense de Energía, Mark Lalonde; «estamos sólo al principio del camino».

Los dos países decidieron volver a estudiar el tratado de pesca a lo largo de la costa atlántica, que Reagan retiró del Senado dos días antes de su visita a Canadá. «Estamos decepcionados por esta decisión», declaró ayer Trudeau.