El piso de San Blas
En EL PAIS de 11 de febrero se publica la reseña de un juicio celebrado el día 10 en el Juzgado de Instrucción número 4 de esta capital por ocupación de un piso en el barrio de San Blas.Desde el año 1969, en que contraje matrimonio, he vivido permanentemente, con mi esposo y mis hijos, en el piso objeto del juicio, hasta 1977, en que trasladamos la vivienda a otro que adquirimos en Cuatro Caminos, ya que aquél nos resultaba pequeño, pues iba a nacer nuestro cuarto hijo.
Aquel piso me lo asignó la Seccíón Femenina por mi condición de maestra nacional del grupo escolar Carmen Cabezuelo, que se fundó bajo el patronato de aquella Delegación Nacional, la que, en virtud de las normas que rigen los patronatos escolares, asumía la obligación de proporcionar vivienda o dotación para la misma a su profesorado.
Cuando me trasladé a Cuatro Caminos dejé en el piso de San Blas algunos enseres, ya que durante la semana me era más económico en tiempo, esfuerzo y dinero utilizar este piso para comer con mi hija mayor, que era alumna del colegio, que desplazarnos al otro extremo de Madrid en el lapso que media entre la salida del mediodía y las tres de la tarde, en que se reanudaban las clases.
En el mes de enero de 1979 me avisaron que había sido forzada la puerta del piso y se había instalado en él una familia, y como yo era responsable del piso y aquella conducta era ¡legal, puse el hecho en conocimiento de la comisaría, sin haber vuelto a saber nada del asunto hasta que me citaron para comparecer en el juzgado eI día 10. Fui interrogada y expuse los hechos como dejo reseñado y, con el fin de no hacer más aflictiva la situación del inculpado, renuncié expresamente ante el juez a cualquier indemnización que, por perjuicios o daños, pudiera corresponderme.
Hechos tan simples se han tergiversado en una reseña del juicio que quiere ser sensiblera antes que veraz, en la que se dice que yo declaré que nunca había vivido en el piso y solamente iba de cuando en cuando a comer; pero también se politiza el asunto y se habla, por boca del abogado de la defensa, de una «operación» de pisos por parte de la delegada nacional de la Sección Femenina. La operación es tan clara como esto:
El Instituto Nacional de la Vivienda va a construir unos miles de viviendas en el extremo este de Madrid, barrio de San Blas. La Sección Femenina, pensando en el problema de educación de las niñas que van a vivir en la que se anuncia ya como populosa barriada, se propone, de acuerdo con el Ministerio de Educación, fundar en régimen de patronato un grupo escolar, dotándole de todos los medios, incluido el personal docente (por supuesto, del escalafón del Magisterio Nacional), y gestiona con el INV la reserva de un número de pisos para asignarlos a las maestras destinadas en el grupo escolar. El Instituto accede a la petición y a las maestras se nos asigna vivienda, cuya renta paga la Sección Femenina, en cumplimiento de la obligación contraída, y con ello podemos convivir en el mismo barrio con nuestras alumnas y sus familias.
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