El asesinato de un comisario en Bilbao interrumpió la visita de Garaikoetxea a Madrid

El asesinato de un comisario de policía en Bilbao impidió que el presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, terminara con normalidad su programa de visitas en Madrid. Apenas había comenzado su tercera entrevista del día, con el secretario general del PSOE, cuando la noticia del atentado obligó a suspenderla dado que Garaikoetxea acompañó a Leopoldo Calvo Sotelo en su viaje al País Vasco. Por la mañana, Garaikoetxea se había entrevistado en la Moncloa con Calvo Sotelo, y a primera hora de la tarde visitó al presidente del Congreso, Landelino Lavilla.

El hermetismo del lendakari vasco a lo largo de la jornada madrileña y su precipitado final, fueron las causas de que apenas se haya filtrado el contenido de sus conversaciones en Madrid. No obstante, Garaikoetxea aseguró a los periodistas que su desplazamiento a Madrid tenía por objetivo analizar «los grandes problemas de España».«Hemos hablado», afirmó, «de lo que son esos grandes problemas: la consolidación de las instituciones democráticas, la seguridad ciudadana, el problema económico y el paro, el problema de la construcción del Estado autonómico». Tras calificar la conversación con Calvo Sotelo de «importante y necesaria», dijo también que había puesto de manifiesto la coincidencia en la necesidad de trabajar sin posturas equívocas.

«Decir que no estamos hoy todos un poco preocupados por las situaciones que hemos vivido sería una frivolidad, pero yo puedo afirmar que, en primer lugar, he visto al presidente del Gobierno español con gran aplomo, y esto es reconfortante para todos; le he visto muy en su sitio, y con una idea muy exacta de cuál es su papel y cuáles son sus poderes».

«Yo, que he venido tranquilo, salgo, si cabe, más tranquilo, porque creo que la vida política del país ha tomado su pulso. Y yo creo que en todas las fuerzas políticas existe una idea muy cabal de lo que tenemos que hacer, de la ponderación y el equilibrio que tenemos que mantener en nuestra actividad política. Creo que este episodio ha tenido su vertiente negativa y su vertiente positiva, y esta ha sido esa profunda reflexión que todos hemos hecho».

Garaikoetxea, que hizo estas manifestaciones antes de conocer el asesinato de un comisario en Bilbao, añadió también: «Tenemos la firme voluntad de que las cosas se hagan de tal manera que pueda existir una contribución por nuestra parte al sostenimiento de las Instituciones democráticas y, por consiguiente, a un Gobierno fuerte que hoy es necesario que tenga caracteres de estabilidad, y más que en cualquier otro momento. Es posible conciliar los puntos de vista de este Gobierno y los puntos de vista de nuestro grupo político, de forma que seamos un factor de apuntalamiento de esta institución fundamental que es el Gobierno».

Homenaje al Congreso

A primera hora de la tarde, el jefe del Gobierno vasco acudió al Congreso de los Diputados, donde se entrevistó con su presidente, Landelino Lavilla. El sentido de esta visita era rendir un homenaje, «absolutamente lógico», segun sus palabras, a la Cámara baja, después de los acontecimientos sucedidos los días 23 y 24 de febrero.

Asimismo valoró positivamente el hecho de que el Gobierno solicitara el procedimiento de urgencia para el proyecto de ley sobre los conciertos económicos para el País Vasco. Carlos Garaikoetxea añadió que su deseo sería que para la primavera estuviera publicada la ley en el Boletín Oficial del Estado, y que este tema se encuentra en el espíritu de las conversaciones mantenidas con el poder ejecutivo. El gobernador general del País Vasco, Marcelino Oreja, que ayer había iniciado una serie de contactos con las fuerzas políticas de Euskadi, calificó la actual situación en el País Vasco de «gravísima», des pués de tener conocimiento del asesinato del comisario De Raimundo Noya. Por su parte, el secretario general del PSOE de Euskadi, Txiki Benegas, dijo que, «con este nuevo atentado, ETA Militar ha demostrado estar con los golpistas», y agregó que es necesario tratar de acabar democráticamente con los que quieren terminar con la democracia.