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Detenidos dos presuntos miembros del Batallón Vasco Español, posibles autores de siete asesinatos

Dos presuntos miembros del Batallón Vasco Español (BVE) fueron detenidos en la madrugada de ayer por funcionarios de policía de San Sebastián, acusados de participar en siete asesinatos consumados y otros dos intentos en grado de frustración. Se trata de Ladislao Zabala e Ignacio María Iturbide, a los que se ocuparon armas de fuego, munición abundante y una lista con datos de identificación de otras nueve posibles víctimas. Las detenciones se produjeron antes de que hubieran transcurrido veinticuatro horas del atentado que costó la vida en Andoaín (Guipúzcoa) a Francisco Javier Ansa, presuntamente perpetrado por los dos ultraderechistas capturados.

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La operación policial, que fue dirigida por el comisario jefe de San Sebastián, Jesús Martínez Torres, antiguo responsable de la Brigada de Investigación de Bilbao, «será prolongada en el resto de Euskadi y en toda España, llevando las averiguaciones hasta las últimas consecuencias, por indicación expresa del ministro del Interior», según aseguró ayer el gobernador civil de Guipúzcoa, Pedro Arístegui.Arístegui y Martínez Torres manifestaron a los informadores que la investigación no ha puesto de relieve, hasta el momento, ninguna implicación de personas pertenecientes a cuerpos de Seguridad del Estado en las actividades terroristas de los detenidos, a los que se ha aplicado incomunicación en virtud de la ley Antiterrorista, aunque explicaron que apenas había dado tiempo a iniciar los interrogatorios

El gobernador civil, Pedro Arístegui, dijo también, contestando a preguntas de los informadores, que los dos últimos atentados del BVE en Hernani y Andoaín, así como las circunstancias políticas del país, le habían decidido a precipitar la culminación de las investigaciones. «Ello no quiere decir que hasta el momento haya habido complacencia con estos grupos. He asumido el riesgo de que la operación pudiera saldarse sin una acumulación de pruebas suficiente, lo que por fortuna no ha ocurrido, ya que creía necesario ofrecer resultados concretos, que sin duda incrementan la credibilidad de la policía», explicó.

El comisario Martínez Torres destacó la confianza creciente de la población en los efectivos policiales, lo que ha permitido dispone de las informaciones precisas para desarticular el comando ultraderechista, y precisó que las investigaciones se habían iniciado hace meses, en el marco de la lucha general contra el terrorismo, «que para nosotros, los policías», indicó Martínez Torres, «no tiene matices ideológicos».

Además de Zabala e Iturbide fue detenido también Rogelio Carlos González Medrano, aunque hasta el momento no existe presunción de su participación material en lo atentados.

En cuanto a los dos primeros han reconocido su intervención en el asesinato de las siguientes personas: José Ramón Ansa, de Andoaín, de diecisiete año (6-5-1979); Tomás Alba, de Astigarraga, concejal del Ayuntamiento de San Sebastián por Herri Batasuna (28-9-1979); Felipe Sagarna, de Hernani (19-4-1980); Miguel Arbelaiz y Luis María Elizondo, ambos de Hernani (7-9-1980) Joaquín Antimasbere, de Hernani (14-11-1980), y Francisco Javier Ansa, pariente de José Ramón, de Andoaín (3-3-1981). Andrés Echeverría y Víctor Fernández Ochoa resultaron heridos graves, el primero cuando fue tiroteado en compañía de Antimasbere, y el segundo, el 27 de febrero último, al recibir un disparo en el bar Venta Berri, de Hernani, del que es propietario.

En el momento de la detención Ignacio Iturbide pernoctaba en el domicilio de Ladislao Zabala, en San Sebastián, donde se encontraron una pistola del 7,65, sin marca ni numeración visibles, otra del 9 largo, marca Star, con la numeración borrada; un revólver de tambor para cinco proyectiles, sin marca ni numeración, de calibre no determinado; seis escopetas de diversas marcas y calibres; cargadores para las pistolas, un centenar de proyectiles de distintas marcas y de calibre coincidente con el de las armas cortas; una lista con el nombre, apellido, dirección y matrícula de vehículo de nueve personas de Andoaín, Hernani y Durango; cierta cantidad de dinero en metálico; un distintivo nazi y un automóvil Seat- 127, verde, matrícula SS-8741-F, utilizado en el atentado contra Francisco Javier Ansa. El calibre de las armas y la marca de la munición coinciden con los empleados en todos los asesinatos mencionados.

Largos historiales ultraderechistas

Ignacio Iturbide, de 32 años, es considerado un mercenario, liberado al servicio de los grupos ultaderechistas, que hacía vida clandestina, según revelaron fuentes de la izquierda vasca a EL PAIS. Iturbide, conocido como Piti y El chico, trabajó como guarda jurado en la empresa Orbegozo, de Hernani. En abril de 197 5 trató de infiltrarse, sin éxito, entre los presos políticos de la cárcel de Martutene (Guipúzcoa). En aquella época participó también en el lanzamiento de propaganda provocadora en Andoaín, de donde es natural, en unión de guardias civiles de paisano. En junio de 1977 tomó parte en la agresión, con cadenas y pistolas, al público que asistía a las fiestas de Amorebieta (Vizcaya), donde fue reducido.

Desde enero hasta junio de 1976, Iturbide había cobrado sueldo de la Policía Municipal de este Ayuntamiento vizcaíno, sin prestar servicio conocido. Fue detenido junto a otros dos individuos en abril de 1978, acusado de participar en dos incendios y tres voladuras de otros tantos establecimientos públicos y sedes de partidos políticos en localidades guipuzcoanas. En aquella ocasión se le ocuparon una pistola marca FN y documentación falsa. Quedó en libertad a los pocos meses. A partir de ese momento, pasó a operar en la clandestinidad. La mayoría de estos datos figuraban en un informe elaborado por un amplio abanico de fuerzas políticas y sindicales de Andoaín, que fue presentado a las autoridades provinciales en diciembre de 1979, a raíz del asesinato de José Ramón Ansa.

Ladislao Zabala, de veintisiete años, licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Deusto (Vizcaya), pertenece a una familia donostiarra de desahogada posición económica y con importantes relaciones. Su padre, José María, abogado fallecido hace cuatro años, fue vicepresidente de la Diputación Provincial de Guipúzcoa en los primeros años sesenta y un hermano de éste, Federico Zabala Alcíbar, es actualmente senador por el Partido Nacionalista Vasco. Ladislao Zabala guarda parentesco materno, asimismo, con dos ilustres militares, el teniente general Solchaga, que cumplió un destacado papel durante la guerra civil en la campaña del Norte, y el coronel del mismo apellido que falleció en los años cuarenta, en prisión, donde fue internado por su negativa a unirse al levantamiento contra la República.

En cuanto a Rogelio González Medrano, de veinticinco años, nacido en San Sebastián, estudiante de idiomas y antes de taquigrafía y mecanografía, fue detenido en Burgos por la Guardia Civil el 14 de junio de 1978, acusado de participar en el robo, en Madrid, de dos rifles Winchester 44, una escopeta de 12 milímetros, una pistola de 7,65, dos revólveres, cartuchos, 80.000 pesetas, relojes, joyas, aparatos de sonido y otros objetos de valor. Al parecer, todo fue recuperado a excepción de una de las pistolas, que aseguró haber arrojado al río. Sus antecedentes, sin embargo, se remontan a noviembre de 1974, en que fue detenido por el incendio de una librería. Con posterioridad, fue procesado por amenazas a políticos demócratas.

Más de 5.000 personas asistieron ayer en Andoaín al funeral de Francisco Javier Ansa. El público abarrotó el templo parroquial de San Martín -donde concelebraron la ceremonia religiosa siete sacerdotes- y los alrededores de la Iglesia.

Las demostraciones de indignación por el asesinato de Ansa comenzaron a primera hora de la mañana. La huelga convocada por fuerza políticas y sindicales de la zona fue general en Andoaín y Hernani, y se extendió a Urnieta y otras localidades vecinas. La familia de Ansa ha desmentido la supuesta afiliación de éste a Herri Batasuna.

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