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El primer ministro soviético, Nikolai Tijonov, pide que la URSS produzca más y mejor

El presidente del Consejo de Ministros de la URSS, Nikolai Tijonov, hizo ayer una severa llamada al aumento de la productividad y de la calidad del trabajo para el próximo quinquenio. En el anterior plan «no se ha logrado cumplir, como se proyectaba, la tarea de elevar la productividad del trabajo, acelerar el desarrollo de determinadas ramas de la economía nacional y superar la dispersión de las inversiones. Los recursos no siempre han sido utilizados racionalmente», aseguró Tijonov en la lectura de su informe al 26º Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).

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Los incrementos de productividad previstos en el nuevo plan son bastante ambiciosos. La industria tendrá que pasar por un 17% de incremento de la productividad durante el período 1976-1980, a un 13%-15% para el próximo quinquenio. La agricultura, de un 15 % a un 22 %-24 %; la construcción, de un 11 % a un 15%-17%, y el transporte ferroviario, de un 0,5 % a un 10%- 12%.El presidente del Consejo de Ministros pidió también que se cuidaran no sólo los aspectos cuantitativos de la producción, sino, también los aspectos cualitativos. «La causa principal de las dificultades, los defectos y los cuellos de botella de la economía nacional consisten, como ya se ha señalado en el informe del Comité Central, en que aún no ha sido vencida del todo la fuerza de la inercia, las tradiciones y las costumbres, creadas en el período en que se ponía en primer plano no tanto la calidad como la cantidad», afirmó.

Tijonov insistió en que deben mejorarse la calidad y, cantidad de los alimentos, objetos de consumo y servicios sociales. «La producción de artículos de buena calidad y presentación, con los que entra en el hogar la alegría y el buen humor, es cuestión de honor y orgullo profesional de quienes producen artículos para la población», afirmó el presidente del Consejo de Ministros. Durante las últimas semanas, los medios de comunicación soviéticos han planteado sus críticas al derroche de materias primas y energía que se produce en la industria soviética. Obsesionados por los resultados de cada plan -exponen los millones de toneladas de máquinas- herramientas construidas y no el rendimiento de éstas-, las factorías de la URSS han llegado a producir, en muchos casos, maquinarias obsoletas, pesadas, caras y de excesivo consumo, que, sin embargo, valían para engordar los resultados finales de cada plan quinquenal.

Ayer, en su informe, Tijonov pidió con vehemencia el ahorro de materias primas y combustible: «El efecto que surte el ahorro de cada tonelada de petróleo, carbón y metal es cada vez más ponderable, y el daño que causa su utilización racional es cada vez más sensible. Por el momento, todavía no siempre sabemos ser ahorrativos en lo tocante a los materiales y toleramos grandes pérdidas», dijo.

Junto al ahorro de materias primas, el presidente del Consejo de Ministros de la URSS propuso el aumento de los ingresos reales, per cápita aun 16 %-18 % durante el próximo quinquenio, y un incremento de los salarios medios de obreros y empleados de un 13%-16%.

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Igualmente anunció que se prepara un programa que posibilitará «mejorar los suministros de carne, leche, frutas y otros productos a la población», así como poner a la venta más y más diferentes tipos de vestidos, tejidos, alzados y otros objetos.

Para el próximo plan se prevé también aumentar los ingresos de los campesinos -hasta equipararlos con los de los obreros industriales- Previsiblemente, se trata así de frenar la incontrolable tendencia a la emigración a las grandes ciudades y añadir estímulos a su trabajo, que sólo muestra cierta eficacia en el modesto «sector auxiliar» (o privado).

Refiriéndose a los temas agrarios, Tijonov mencionó también los frecuentes problemas a los que da lugar la mala utilización y el escaso mantenimiento de la maquinaria.

En otros aspectos, se puede destacar el aumento de las prestaciones sociales por rnaternidad -que afectará sobre todo a las mujeres que trabajan, y con el que presumiblemente se pretende impulsar la baja tasa demográfica que se da en algunas partes de la URSS y, especialmente, en las regiones europeas y la mejora de la calidad de la medicina, que, a pesar de los avances hechos en el terreno de la investigación de punta, deja muchísimo que desear en sus aspectos más simples.

Tijonov recogió, en suma, buena parte de las críticas ya esbozadas por Breznev en su informe del Comité Central al Congreso del PCUS leído el pasado lunes.

En sus párrafos finales, Breznev fue bastante duro y encaró una serie de problemas que ya había anticipado durante los meses pasados en los discursos del aniversario de la revolución y el de fin de año.

Desigualdades económicas

El jefe del Estado soviético y secretario general del PCUS hizo referencia el lunes a las desigualdades económicas existentes entre las diversas nacionalidades de la URSS y dedicó amplio espacio a criticar las malas condiciones en que todavía vive buena parte de la población.Parcialmente cubiertos por los cantos a los logros del último plan, se puede ver en las palabras de los dos máximos dirigentes soviéticos la fuerte censura a los fallos funcionales del sistema.

Breznev anunciaba ya en su informe la introducción de un sistema de incentivos para el aumento de la productividad y la disminución de la indisciplina laboral y el absentismo, que son bastante abundantes en la URSS.

«Es preciso estimular por todos, los medios», dijo, «a los trabajadores honestos y no dejar ningún portillo a los holgazanes y chapuceros, para que no puedan vivir bien si su trabajo es nulo».

La crítica parece haber alcanzado cotas impensables hace meses.

Con la lectura del informe Tijonov, el 26º Congreso del PCUS entró ayer en su segunda fase. Finalizada ya la revisión de los últimos cinco años, ahora comenzarán los debates sobre los proyectos para el próximo quinquenio.

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