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Las negociaciones para la venida del "Guernica"

Rafael L. Quintanilla, el hombre que traerá el cuadro al Casón del Buen Retiro

La novela del Guernica, a partir de su creación original en 1937, se contará un día. Pero, al margen del protagonista esencial, Picasso, muchos personajes testimoniarán o rendirán cuentas. En el plano internacional, Rafael Quintanilla, un «culto y sutil diplomático español», como lo calificaba el New York Times el 24 de junio de 1980 al relacionarlo con el «asunto» Guernica, es quien podrá exponer todas las claves del rompecabezas en que se ha convertido a lo largo de 43 años.Madrileño de nacimiento, cincuenta y pico años, físico e inteligencia de esteta, diplomático, Rafael Fernández Quintanilla, hoy, es el hombre secreto, buscado por los medios de información. El es el portador, impenetrable y nómada, del argumento completo.

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El abogado de Picasso ha firmado ya el documento que permite el traslado de la obra a España

Durante sus años de consejero cultural en París, Quintanilla entabló relaciones con Jaime Sabartés, el secretario de Picasso ya fallecido, de quien recibió cerca d doscientas obras del pintor que sirvieron de núcleo para la fundación del Museo Picasso en Barcelona Un amigo suyo confirmó a E PAIS que Sabartés donó esa obra para «animar a Picasso a hacer otro tanto», como así ocurrió más tarde. Quintanilla, por entonces, en 1962, organizó la exposición Goya en el Museo Jacquemart-André, la de pintores de la realidad, fue comisario español en la manifestación «las fuentes del siglo XX», como de la pintura española en los museos de Francia, celebrada en el Louvre, entre otras manifestaciones del mismo género.

Durante esa estancia suya, en París, en pleno franquismo, entabló relaciones que le iban a servir más tarde: los informes que recibió de su tío Luis Quintanilla, jefe del servicio de información de la Embajada de París en 1937, fueron el arranque e a maraña que él iba a aclarar.

Después de París, Quintanilla fue destinado a Ginebra como cónsul general de España y consolidó su amistad con Ramón Araquistain, amigo de Picasso e hijo del embajador de España en París, en 1937. Este «contacto» contribuiría también a clarificar el «tema».

Con su «bagaje» en 1978, Quintanilla se ofreció al entonces ministro de Exteriores Marcelino Oreja para iniciar la operación retorno del Guernica. Sus gestiones con el abogado del pintor Roland Dumas dieron lugar a la visita de este último al presidente Adolfo Suárez, el día 18 de julio de 1979. A continuación, entró en contacto con Jacqueline Picasso y demás miembros de la familia, con sus abogados respectivos y con los directores del Moma y del Museo de Francia. Resultado final: serena y secretamente, según uno de sus confidentes, Quintanilla, en breve, espera depositar el lote Guernica en el Casón del Buen Retiro.

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