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GOLPE DE ESTADO

Las diputadas, en libertad a las diez de la mañana

En el palacio de las Cortes, cerca de 340 diputados que han pasado toda la noche secuestrados por el teniente coronel Tejero conocían perfectamente la situación fuera del Congreso de los Diputados. Es decir, que el golpe encabezado por el teniente coronel Tejero no había sido seguido en España por los mandos militares, a pesar de los comunicados que los golpistas iban leyendo de supuestas adhesiones a su movimiento, de distintas regiones militares.

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Esta información ha sido revelada por Juana Arce, diputada de UCD, a su salida del Congreso, pocos minutos después de las diez de la mañana, hora en la que el grupo de golpistas permitió a varias mujeres diputadas abandonar el hemiciclo. Todas ellas se resistieron en un principio, pero finalmente decidieron aceptar la oferta por considerar que era importante transmitir fuera información correcta de lo que estaba ocurriendo dentro.Nada más salir del palacio del Congreso, varias de ellas, visiblemente emocionadas y llorando, entraron en el hotel Palace e inmediatamente después fueron recluidas en el despacho que los altos mandos militares tienen organizado en un hall del hotel. De ahí han salido custodiadas por la policía a llamar a sus familias (algunos maridos y familiares estaban en el hotel esperándolas, y se han abrazado, produciéndose escenas muy emotivas) y otras han conversado inmediatamente con los informadores. Carmela García Moreno y Soledad Becerril han salido hacia el Ministerio del Interior para informar a la Junta de Gobierno constituida por el Rey de la situación interna del palacio.

Mientras tanto, el resto, de sus compañeras ha conversado con los periodistas.

Carmela García Bloise, por ejemplo, diputada socialista, declaró a los informadores que en ningún momento llegaron a creer de verdad que el golpe de Tejero, tuviera un éxito rotundo. Dijo textualmente: «Da toda la sensación de un loco», y añadió: «Los que le acompañan parecen una banda de incontrolados incapaces de llevar a efecto seriamente un golpe militar».

Inmediatamente después reconoció que les habían llegado noticias por lo que llamaban Radio Macuto. Al parecer, técnicos de transmisiones del palacio del Congreso tenían en su poder algún transistor de radio, a través del cual han podido seguir los acontecimientos de fuera, y a través de estas personas y de los bedeles -«que se han portado magnificamente», dicen las diputadas- iban llegando a los bancos las noticias de lo que ocurría fuera.

Incidente de Fraga

Según las diputadas Carmela García Moreno y Soledad Becerril, la noche pasó con bastante tranquilidad y con aspecto somnoliento de muchos de los diputados, hubo desmayos y uno a uno y escoltados fueron visitando los servicios del palacio del Congreso. Durante la noche se produjeron algunas situaciones tensas y más concretamente por la mañana. Joaquín Satrústegui pidió hablar con Milans del Bosch diciendo que era amigo suyo y que estaba convencido de que no apoyaba el golpe. En ese momento, el teniente coronel Tejero gritó: «No aceptó el diálogo». Posteriormente, Manuel Fraga, cerca de las ocho de la mañana, se levantó de su escaño y descendió hacia el centro del hemiciclo y empezó a gritar diciendo que él no era sospechoso de nada, pero que esto era intolerable y que tenían que dejar salir a todos y cada uno de los diputados, terminando de una vez con el secuestro de todos ellos. Un personaje que ha dado muchas órdenes a lo largo de toda la noche, que va vestido con pantalón vaquero, una chamarra verde y fuma un puro sacó a Fraga a empujones del hemiciclo, lo que provocó una tensión importante en la sala y gritos y protestas de varios diputados. Iñigo Cavero se levantó y dijo abriendo su chaqueta: «Dispárenme de una vez»; Fernando Alvarez de Miranda, bajando las escaleras, hizo otro tanto. Movimientos de este tipo y gritos de protesta ocurrieron durante unos segundos hasta que la normalidad volvió a los escaños.

Ludivina García Arias, diputada socialista, asegura que un teniente es el que más ha atemorizado durante la noche, aparte de Tejero, a los diputados. Dijo textualmente: «Cuando llegaban Tejero y el teniente todos nos teníamos que callar y mantenernos en una actitud humillante; cuando se iba, podíamos conversar a media voz». Parece ser que está en el palacio del Congreso, y en aspecto desafiante, el capitán de navío Camilo Menéndez (que en su tiempo se enfrentó al teniente general Gutiérrez Mellado en Cartagena), acompañado de su ayudante y vestido de uniforme. Asimismo, se ha corrido el rumor de que algunos policías secretas se encontraban dentro y ha circulado el nombre de Billy el Niño, aunque esto no ha podido ser confirmado en el momento de editar este periódico.

Otra de las noticias que ha llegado de última hora es que Santiago, Carrillo ha sido aislado en una habitación; Felipe González y Alfonso Guerra, en otra; Suárez, en otra; Rodríguez Sahagún y Gutiérrez Mellado, en otra. Estas precisiones tampoco han podido ser confirmadas por las diputadas, que apenas llegaron a verlos, aunque Carmen García Bloise sí pudo contactar con los socialistas, a los que llevó abrigos para soportar la baja temperatura. Durante toda la noche no han comido nada los diputados, aunque una mujer de la Cruz Roja les ha dado agua. En el momento de cerrar esta edición, a las once de la mañana, cerca de mil personas están concentradas en la plaza de Neptuno a los gritos « ¡Libertad! » y «Vosotros, fascistas, sois los terroristas». La Policía Nacional parece tener la máxima responsabilidad de control en la zona y ha sustituido a los grandes efectivos de la Guardia Civil con elementos antidisturbios y a caballo, aunque una o dos compañías de la Guardia Civil siguen rodeando de cerca el palacio de las Cortes. En el patio del palacio se encuentran también nueve jeeps de la Policía Militar y varias ambulancias.

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