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La RDA plantea la cuestión de la reunificación alemana

Por primera vez desde qué concluyó la «era Ulbricht» en 1971, la República Democrática Alemana (RDA) vuelve a hablar de «reunificación de los dos Estados alemanes». Erich Honecker, secretario general del Partido Socialista Unificado (comunista) y presidente del Consejo de Estado de la RDA, ha roto este tabú en una conferencia de dirigentes del PSU, aunque ciertamente la aspiración a la reunificación desde una perspectiva germano-oriental se haya presentado ahora vinculada a una «utopía».Honecker ha dicho, dirigiéndose a la RFA: «Algún día el socialismo llamará, también a vuestra puerta. Cuando llegue el día en que los trabajadores de la República Federal opten por la transformación socialista de la RFA, entonces el problema de la reunificación de los dos Estados alemanes se ofrecerá desde una perspectiva absolutamente nueva. Como habremos de decidir nosotros entonces, es algo que no admite dudas».

Este objetivo utópico ha dado pie también a Honecker para repetir que, de todas formas, lo más urgente ahora es terminar con el rearme y dar pasos concretos hacia el control de armamentos, factores que la RDA relacionó ya en 1957 con una posible reunificación alemana, al aceptar el plan Rapacki para una desnuclearización del centro de Europa, y en 1967, en el VII Congreso del PSU de la RDA, al establecer las bases de una «existencia pacífica de los dos Estados alemanes».

La «sonda» lanzada por Honecker justamente dos meses antes del próximo congreso del PSU, ha sus citado atención en Bonn, sobre todo porque el líder comunista ha repetido su interés en reactivar las negociaciones con la RFA y, además, porque esta vez ha omitido toda reivindicación relativa al reconocimiento por la RFA de la RDA como una nación alemana aparte y a la elevación de las respectivas representaciones diplomáticas al rango de embajadas. El Gobierno federal ha reiterado que un primer paso hacia la reanudación de los contactos, frenados desde la entrada de los soviéticos en Afganistán, es la renuncia de Berlín ,Oriental a la elevación del cambio mínimo de dinero que. afecta a los visitantes occidentales que. ingresan en la RDA. Berlín Oriental duplicó, el pasado octubre, la cantidad a cambiar obligatoriamente en los puestos fronterizos, lo que significa para la RDA un ingreso mínimo por día y persona de unas mil pesetas en divisas.

Aplauso prolongado

Que la alusión de Honecker a la reunificación alemana era el punto más preparado en su discurso parece obvio: los delegados del PSU tributaron a este pasaje el aplauso más prolongado. Para los comentaristas alemanes occidentales, la alusión de Honecker significa «una novedad en la línea de propaganda y en la historia de la RDA». A nadie escapa que ni el propio Honecker puede creer en una transformación socialista de la RFA, en el sentido de la República Democrática Alemana, y por ello, relacionar esta transformación con las aspiraciones de reunificación sólo se entendería como un modo de «cubrir el expediente», para volver a abrir la cuestión que hace diez años recibió carpetazo por parte de la RDA. En un no reducido sector político de Alemania Oriental aún pervive la vieja aspiración de finales de la década de los cincuenta, cuando todavía Berlín Este consideraba viable una «federación».Las guerras de Corea y Vietnam, con su secuela de guerra fría, dieron al traste con esta solución. El tema de la reunificación alemana parece reactualizarse, y hasta se ha materializado en una novela premiada estos días con el máximo galardón al que puede aspirar un escritor japonés, el Premio Naoki, concedido este año a La revuelta de los soberanos, de Masanori Nakamura.

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