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Malestar en EE UU por la divulgación de una carta confidencial de Gromiko a Haig

La Embajada soviética en Washington entregó a la Prensa norteamericana el texto de una carta de Andrei Gromyko, ministro soviético de Asuntos Exteriores, enviada a su homólogo Alexander Haig, en la que destaca la acusación de la URSS a EE UU de «intervención abierta en los asuntos internos polacos». Niega también Gromiko que Moscú dificultara la liberación de los rehenes estadounidenses que fueron secuestrados en Irán y protesta por las interferencias estadounidenses para solucionar el tema de Afganistán.El hecho supone una nueva escalada en la dialéctica de guerra fría, iniciada entre Washington y Moscú desde la llegada a la Presidencia de Estados Unidos del republicano Ronald Reagan.

«Lamentamos esta publicación, que no corresponde a las normas diplomáticas habituales», dijo el portavoz del Departamento de Estado, William Dyess, quien evitó responder a las preguntas de los periodistas sobre los puntos expuestos en la carta de Gromyko (Polonia, Irán y Afganistán). Confirmó que no se publicará, como réplica, la carta del secretario de Estado norteamericano, Haig, que dio paso a la respuesta diplomática soviética, desvelada ayer al público.

La carta de Gromyko, en realidad, es una defensa de Moscú a las acusaciones públicas de Washington. Niega, en primer lugar, que la Unión Soviética, a través de la Prensa, pretendiera retrasar o dificultar la liberación de los 52 rehenes norteamericanos que fueron secuestrados en Teherán durante 444 días. Recuerda, al contrario, que la URSS denunció, «en términos claros e inequívocos», en el seno de la ONU, la toma de rehenes en Irán.

En relación con Polonia, Gromyko califica de provocadoras las emisiones de la Voice of America y otras emisoras de radio bajo control de Estados Unidos, lo que «constituye una interferencia abierta en los asuntos internos polacos».

En relación con Afganistán, Gromyko acusa a Washington de obstaculizar todos los esfuerzos en pro de una negociación internacional, cuyo primer paso sería la «retirada de tropas soviéticas» en aquel país.

La guerrilla verbal entre Washington y Moscú debe situarse en su contexto. Inmediatamente después de la entrada en funciones de Haig, el 23 de enero, el responsable de la política exterior norteamericana transmitió a los soviéticos -vía Embajada de EE UU en Moscú- una carta, en la que, al parecer, figuraban todas las quejas de Washington respecto a la actuación del Kremlin en el mundo. Casi simultáneamente, el propio presidente Reagan y el secretario de Estado Haig declaraban en conferencias de Prensa que Moscú aportaba «un firme apoyo a la expansión del terrorismo internacional».

Andrei Gromyko, ministro soviético de Asuntos Exteriores, respondió el pasado 28 de enero a la carta de Haig, dando el pasado miércoles publicidad a la misma.

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