Leopoldo Calvo Sotelo incluye en su programa el rápido ingreso de España en la OTAN
La opción en pro del ingreso de España en la Alianza Atlántica, con el señalamiento de un plazo de cuatro meses para iniciar las negociaciones, podría ser una de las novedades más importantes del programa que el candidato a la Presidencia del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, exponga en su discurso de investidura fijado para el miércoles día 18.
La declaración política del 11 Congreso de UCD anticipa tres temas prioritarios que, sin duda, abordará el discurso de investidura del presidenciable Calvo Sotelo: crisis económica, planteamientos autonómicos, seguridad ciudadana y terrorismo. Un cuarto punto, la política exterior, merecerá, según las fuentes consultadas por EL PAÍS, atención preferente. Y ahí tendrá su sitio la opción pro OTAN.La línea básica del partido centrista en su política defensiva exterior propugna la plena integración de España en la OTAN, aunque considera necesario que se precise con claridad la forma en que la defensa del espacio geográfico nacional, tanto continental como insular, quedará relacionada.
Así se recogía en las conclusiones del I Congreso de UCD «en función de planteamientos políticos generales y en coherencia con una visión global de integración en el mundo occidental». «Aparte de la nada despreciable garantía de seguridad», señalan las conclusiones reafirmadas en Palma, «UCD juzga que, con nuestra adhesión al Tratado del Atlántico Norte, España podrá rescatar el valor y vigorizar la importancia de nuestra situación en el mapa».
En una reunión de la ejecutiva centrista anterior al congreso de Palma se estableció un plazo hasta junio para iniciar las negociaciones de adhesión y fijar las modalidades de la misma, aunque la ponencia aprobada en la capital balear no precisa calendario alguno.
Medios políticos centristas estiman que la adhesión a la OTAN tendría amplias repercusiones favorables para una adecuada política militar española. Los cálculos ucedistas parten del supuesto de que la opción pro OTAN suscitará una oposición dura del PSOE, pero contenida en el marco parlamentario, sin llegar a las movilizaciones de masas, que sólo serán intentadas por el partido comunista y los grupos a su izquierda.
Algún diputado socialista, experto en cuestiones de defensa, afirmó a EL PAÍS que el pasado lunes el secretario general del PSOE, Felipe González, en una reunión muy restringida, dedicada a estas cuestiones, expuso con firmeza su criterio opuesto a la entrada en la OTAN, aunque aceptó que dentro del partido también hay gentes que mantienen dudas al respecto.
En opinión de Luis Solana, la opción proaliancista va más lejos incluso que las pretensiones norteamericanas, que se darían por ahora por satisfechas con la renovación del pacto sobre las bases defensivas de utilización conjunta. Su análisis concluye que, si Calvo Sotelo se pronuncia por la adhesión a plazo inmediato, habrá que sobreentender la voluntad de asestar un golpe político por contraste a la URSS, en cuyo bloque se registran tensiones centrípetas, especialmente visibles en Polonia. Incluso los sectores socialistas más predispuestos a aceptar la integración española en la OTAN, consideran que no debe negociarse sin asegurarse resultados claros en la cuestión de Gibraltar y en la actual negociación del ingreso en la Comunidad Económica Europea.
El compromiso en favor de la Alianza Atlántica será un factor más que ponderarán positivamente para otorgar sus votos los catalanes de Miguel Roca. Tendrá resonancias excelentes en los diputados peneuvistas y, por supuesto, entre los de Coalición Democrática que lidera Manuel Fraga.
En el ámbito de la política militar, la adhesión supondría un desafío profesional para los oficiales españoles, capaz de drenar por añadidura muchas tensiones políticas, según valoraciones cercanas al Ministerio de Defensa. El cuadro que describía Joaquín Romero Maura de la oficialidad en los años de la Segunda República, «privados de Incentivos materiales, huérfanos de toda función inmediata y tangible, asignados a una misión improbable o demasiado abstracta, con pocos motivos para sentirse útiles o satisfechos», tiene algunos puntos de contacto con la situación actual, en la que se genera también un clima de susceptibilidad que encuentra estos días manifestaciones más sonoras.
La frontera de integración en la OTAN podría jugar para algunos de sus partidarios más fervientes un papel similar al que la Constitución de la «Force de frappe» francesa, ideada por el general De Gaulle, tuvo en la readaptación de los ejércitos galos después del trauma de la guerra de Argelia.
Quedan por evaluar, señalaba un diputado de la Comisión de Asuntos Exteriores, las consecuencias que el alineamiento atlántico de España tendrá en las relaciones con Latinoamérica y con los jóvenes países del mundo africano y del oriente árabe.
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