Harold Lloyd, dos veces en un año
Televisión Española inicia hoy por la segunda cadena (nueve de la noche) un ciclo dedicado al actor norteamericano Harold Lloyd (Nebraska, 20 de abril de 1893-Hollywood, 8 de marzo de 1971), compuesto por un indeterminado número de programas que se emiten con ocasión del décimo aniversario de la muerte del actor.Harold Lloyd se inició prematurameiite en el mundo del espectáculo con el debú a los cuatro años en un personaje secundario del Macbeth shakesperiano. A los veinte años obtuvo su prímera y breve interpretación cinematográfica, como indio, en una película para la firma Edison. Trabajó después para la Universal en la serie El mago de Oz, hasta que otro joven debutante, Hal Roach, lo convirtió en protagonista de la serie Just nuts. Su primer personaje fue Willie Work, y después, Luke el Solitario, una imperfecta imitación de Charlot. En el verano de 1917 creó su propio personaje, cuyo principal atributo -como en Chaplin el bastón- son las gafas. Personaje que le convierte en uno de los más célebres actores del cine.
La simplicidad de su fórmula cómica, espontánea y vivaz, bajo la apariencia de una felicidad perenne, pasó por ser símbolo de los alegres años veinte: un Harold Lloyd empleado, estudiante, vago, médico o soldado que sucesivamente se enamoraba de una muchacha y que tenía que superar todo tipo de apuros y riesgos antes de casarla. Riesgos tan peligrosos en el celuloide como el accidente de agosto de 1919: mientras posaba para una fotografía publicitaria en la que tenía que encender un cigarrillo con la mecha de una bomba que sostenía en la mano, ésta explosionó, le destrozó la cara y le arrancó tres dedos.
Sus mejores peliculas pertenecen al período 1922-1930. Después, con la llegada del soñoro, comienza a declinar su carrera. En la primera película, que se emite esta noche -El hombre mosca, 1923-, interpreta a un hombre en graves apuros cuando intenta escalar la fachada de un rascacielos. En la segunda -Casado y con suegra, 1924- interpreta al dueño de un pavo que intenta viajar en un tranvía con el animal vivo.
El único problema del ciclo está en los pésimos criteríos de los anteriores programadores de Televisión Española, ya que, hace ahora un año, los telespectadores pudieron ver otro extenso ciclo, El mundo de Harold Lloyd, que se emitió en sustitución de la serie documental Sombras del ayer. Hecho que evidencia no sólo una falta de planificación en la programación cinematográfica, sino errores voluntarios que redundan en la oferta del mismo género de productos.
Babelia
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