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II Congreso de Unión de Centro Democrático

Aprobada una enmienda contra el divorcio por mero acuerdo

Una enmienda introducida en la ponencia de política social en la que se rechaza el «mero acuerdo» como una de las fórmulas de divorcio, ocasionó, al mediodía de ayer, un enorme revuelo en el Auditórium de Palma de Mallorca, al ponerse en circulación interpretaciones distintas sobre el efecto que esta enmienda va a tener sobre el proyecto de ley de Divorcio, aprobado por la Comisión de Justicia del Congreso y pendiente de ser sometido al Pleno de la Cámara, si el nuevo Gobierno asume el proyecto de Francisco Fernández Ordóñez.

La noticia sorprendió al actual ministro de Justicia en la comisión de estrategia política y provocó una inmediata reacción del sector socialdemócrata, que convocó una conferencia de Prensa para explicar el sentido de la enmienda. El propio Fernández Ordóñez compareció horas más tarde ante los informadores para ratificarse en que el texto aprobado no se contradice con el proyecto de ley de Divorcio.El texto de la ponencia, después de introducida la enmienda promovida por un compromisario de Valencia, queda así: «El ordenamiento civil salvaguardará la estabilidad del matrimonio y la familia. No se admitirá el divorcio por mero acuerdo de los cónyuges, tal como señala el programa de la campaña electoral de 1979».

Fernández Ordóñez, que en un primer momento, ante las noticias que le llegaban de que los sectores confesionales de UCD le habían echado abajo su ley, llegó a decir que tomaba el primer avión para Madrid, explicó después que el planteamiento recogido en el proyecto de ley se ajusta estrictamente al programa electoral de UCD en lo que se refiere al rechazo del «mero acuerdo».

« Lo que el proyecto de ley regula es la forma de divorcio por constatación de una ruptura, que es un modelo muy corriente en Europa y que no tiene nada que ver con el mero acuerdo, porque se exigen tres requisitos: 1, que las partes manfiesten el cese de la vida matrimonial; 2, se exige un plazo de tiempo determinado, y 3, se establece un acuerdo o convenio regulador», dijo Fernández Ordóñez». Esta fórmula es la que nosotros también llamamos por mutuo acuerdo, y que no tiene nada que ver con el mero acuerdo », añadió.

El ministro de Justicia defenderá el proyecto de ley

El ministro de Justicia afirmó que defendería íntegramente el proyecto de ley, por entender que constituye el mínimo aceptable para la sociedad española, con la excepción de la disposición adicional décima, que considera inconstitucional, y debe ser cambiada, porque impide a los cónyuges pasar de la jurisdicción canónica a la civil.

«Fuera de eso», dijo Fernández Ordóñez, «estoy dispuesto a defender ese proyecto de ley, si así lo permite mi permanencia en el Gobierno, y a impedir cualquier maniobra dilatoria sobre el mismo».

El actual ministro de Justicia calificó de grotesca la actitud de quienes admiten el divorcio cuando los cónyuges no están de acuerdo y lo rechazan cuando están de acuerdo. «Eso», dijo, «no lo puede admitir una persona normal, lo diga quien lo diga y en el documento en el que se diga».

Fernández Ordóñez afirmó finalmente que no tenía inconveniente, por su parte, en admitir que cada miembro del Grupo Parlamentario Centrista votara en conciencia al proyecto de ley de divorcio si así se acordaba.

Aunque fuentes socialdemócratas manifestaron a EL PAIS que detrás de la enmienda podía estar la mano de Eugenio Nasarre, ex director de Asuntos Eclesiásticos con Iñigo Cavero y actual subsecretario de Cultura, otros piensan, entre ellos miembros de la comisión de política social en que fue planteada, que se trataba de una iniciativa de algún cristiano despistado.

La confusión vino no sólo por el contenido de la enmienda, sino, incluso, por el procedimiento, ya que fue votada en el pleno después de que tuviera que pronunciarse la mesa sobre si era o no procedente hacerlo. Sometida finalmente a votación, fue aprobada por mayoría aplastante, pero se dio la curiosa situación de que muchos de los que votaron afirmativamente decían luego que habían sido engañados y que creían haber votado en contra de la ley Fernández Ordóñez.

Ningún personaje destacado del sector crítico quiso entrar en la valoración del texto aprobado, aunque no ocultan que seguirán dando la batalla en el grupo parlamentario e incluso desde el Gobierno, si se les da oportunidad para ello. El voto en conciencia propuesto por Fernández Ordóñez les parece insuficiente, porque consideran que es darle vía libre al proyecto.

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