Mientras en Roma faltan Iglesias, sobran en Suecia, según el Papa
Juan Pablo II está dispuesto a decir misa al aire libre para paliar la escasez de iglesias que padece la periferia de Roma. Este gesto tiene la intención, según fuentes vaticanas, de poner en evidencia el hecho de que en la metrópoli del catolicismo no se construyen nuevas iglesias al ritmo necesario.Roma, ciudad de unos tres millones de habitantes, cuenta con unas quinientas iglesias, pero casi todas se ubican en el centro. El Vicariado de Roma considera que urge construir cuarenta iglesias e insta a los fieles para que ayuden a financiarlas.
En Suecia, sin embargo, la situación es diametralmente opuesta. El pastor Per-Ola Larsson ha manifestado que se debería cerrar, a título experimental, por un año, y en su distrito, una de cada dos iglesias, dado el escaso número de practicantes. De esta manera se conseguiría liberar, entre párrocos, organistas y asistentes sociales, a un millar de personas, que podrían dedicarse a tareas de evangelización, ofreciendo sus servicios a los solicitantes de consejos y a los trabajadores del lugar.
El hombre de iglesia Per-Ola Larsson, que es también funcionario de finanzas, conmovió el pasado año a la opinión pública sueca al afirmar en un sermón que la Iglesia en Suecia camina hacia su desaparición y el Estado hacia la bancarrota. Su juicio pesimista sobre la Iglesia es compartido por muchos sociólogos. Para salvar de la catástrofe a la sociedad es necesario, en su opinión, que se acabe con el fraude en las declaraciones de impuestos. Misión de la Iglesia es, en todo caso, velar por la honradez e integridad. La asociación de comunidades de la Iglesia luterana de Suecia tiene ahora que pronunciarse sobre la propuesta experimental.
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