Chantaje sobre un trabajador
José María Ryan, ingeniero jefe de explotación de la empresa Iberduero en Bilbao, fue secuestrado en la noche del pasado día 29 de enero. El hecho se conoció alrededor de las 21.30 horas, a través de una llamada de teléfono que una voz anónima hizo a la delegación en Bilbao del diario Egin. Al día siguiente, viernes, día 30, ETA Militar reivindicó el secuestro y dio a conocer, como condición para su liberación, su exigencia de que la empresa propietaria, Iberduero, y el Gobierno español decretasen y procediesen a la demolición de la central nuclear de Lemóniz, en la que el secuestrado ocupaba el cargo de jefe de producción. El plazo concedido por ETAm fue de siete días, a partir de las 17.40 horas del día 30, según hacía constar en la nota.Desde el primer momento, tanto la empresa Iberduero como las instancias oficiales mantuvieron silencio sobre las exigencias de ETAm. Como única medida oficial adoptada destaca el hecho de que, desde el pasado sábado, patrullas del Ejército iniciaron tareas de vigilancia de las instalaciones de la empresa Iberduero en el País Vasco, objeto dé diversos atentados en los últimos tiempos.
Amnistía Internacional, numerosos particulares y otros grupos hicieron llamamientos en favor de la libertad del ingeniero secuestrado, y el diario Egin recogió en sus páginas, en días sucesivos, anuncios pidiendo la libertad de José María Ryan, con el acompañamiento de artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El pasado día 5, veinticuatro horas antes de finalizar el plazo dado por los secuestradores, 10.000 personas se manifestaron en Bilbao pidiendo la libertad de José María Ryan en respuesta a una convocatoria de centrales y partidos políticos. El día antes, un nuevo comunicado de ETA advertía que, de no procederse a la demolición de la central nuclear, «declinaremos toda responsabilidad sobre la suerte que pueda correr el arrestado».
José María Ryan nació en Bilbao hace 39 años, de ascendencia irlandesa. Casado con Josefa Murúa, tenía cinco hijos. Estudió la carrera de ingeniero industrial en la escuela de Bilbao, y, posteriormente, obtuvo el diploma de ingeniero nuclear en Norteamérica. Al regresara Bilbao, pasó a trabajar en Iberduero, donde alcanzó la categoría de ingeniero-jefe.
Los trabajadores de Iberduero le consideraban «una gran persona, siempre dispuesto a hacer favores a sus amigos y compañeros».
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