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Chantal Akerman: "Quiero que el espectador se obsesione con el tiempo"

La cineasta belga presentó su película "Los encuentros de Anna"

«La gente va normalmente al cine para olvidar por lo menos las dos horas que dura la película; sin embargo, para el espectador de mis filmes ese tiempo pasa en realidad; quiero que se obsesione con él; el que se sienta en la butaca a oscuras y en silencio se da perfecta cuenta de que el tiempo pasa». El tiempo y el espacio, pero sobre todo el tiempo, constituye una fijación para la directora de cine Chantal Akerman, belga, 31 años, que ha venido a Madrid a comentar su última película, Los encuentros de Anna y otros de sus filmes, con motivo del ciclo dedicado a su obra en el complejo de salas Alphaville.

«En realidad, el cine trata básicamente del tiempo y del espacio; son dos conceptos que me interesan mucho». De esta manera ha pretendido justificar Chantal Akerman las acusaciones de pesadez y lentitud de la mayor parte de las escenas del filme. «Intento que mis películas dejen siempre un sitio a la reflexión del espectador. En este sentido, se puede decir que mi cine es agresivo, porque hace tomar postura al espectador».En el plano del lenguaje cinematográfico, Chantal Akerman justifica su fijación en la reiteración de los planos «porque estos añaden información suplementaria y porque derivan del principio de producir sensaciones. El plano continuado no es un plano racional y lógico».

Chantal Akerman se precia de hacer cine, si no marginal, sí al menos alejado de los circuitos comerciales sofisticados. No sabe, por otra parte, si existe una forma específicamente femenina de hacer cine. «Supongo que hombres y mujeres hacen cine de una forma distinta, aunque no podría decir cómo haría yo una película si fuera hombre. Cuando trabajo me concedo a mí misma una completa confianza, por eso creo que el cine que hago está muy cerca del cine que sueño. Cuando hago una película no pienso en el público, sino en hacer la película lo mejor posible. El objetivo de mis películas siempre es el mismo: la propia expresión. En un momento intenté dejar de lado la ficción y cambiarla, quizá, por la realidad, pero me di cuenta de que esto era imposible».

Hay algunas características que rodean a Los encuentros de Anna que han llevado a algunos críticos a ver en este filme una película judía. La directora lo admite. «Sí, es una película judía. Quizá ello se deba a mi formación. Estudié en una escuela judía. Lo primero que aprendí fue la Biblia, con un ritmo repetitivo. Este ritmo quedará reflejado en mis películas». Sin embargo, Chantal Akerman no admite que sea una película propiamente autobiográfica. «Refleja únicamente el momento en que yo la hice».

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