Los trabajadores del Metro convocan una huelga de celo paralela a los 83 paros anunciados

El comité de empresa del Metro de Madrid anunció ayer, en el curso de una conferencia de Prensa, que la próxima semana comenzará a aplicarse estrictamente en el trabajo la normativa vigente en los diferentes reglamentos que regulan el servicio, como parte de una «campaña de seguridad en la circulación». Anunció también que las 83 jornadas de huelga acordadas por los trabajadores para 1981 serán desconvocadas o realizadas total o parcialmente, según se desarrollen las negociaciones del convenio colectivo, que en la actualidad se encuentran aplazadas indefinidamente.

«No somos unos inconscientes ni unos profesionales de la huelga. Es evidente que no vamos a parar 83 días, aunque vamos a elegir las horas y los días que nos convengan, porque no estamos dispuestos a que se nos aplique un laudo como el del pasado año», manifestó un portavoz del comité de empresa.«El pasado año, el laudo dictado fijó una subida salarial del 12,5%, con lo que perdimos tres puntos y medio sobre el índice de precios al consumo del año anterior. Este año nos ofrecen un 10% que, de ser aceptado, nos haría perder cinco puntos más, lo que no están dispuestos a admitir los trabajadores», manifestó otro de los miembros del comité.

En la asamblea celebrada el pasado martes, los trabajadores decidieron que no se podía aceptar una oferta inferior al 15,1%, que fue el índice de precios al consumo del pasado año.

En la conferencia de Prensa se anunció también que en tres o cuatro días los trabajadores comenzarán a aplicar estrictamente los reglamentos vigentes, «con el fin de conseguir una mayor seguridad en el servicio. No queremos perjudicar al pueblo de Madrid, pero pedimos que nos comprendan, ya que nuestros sueldos son muy bajos. Como ejemplo podemos decir que están por debajo de lo que cobra un maletero de Iberia. Sabemos también que es muy probable que la Administración nos aplique el decreto de servicios mínimos».

Horas antes de la conferencia de Prensa, Juan Torres, presidente del Consejo de Intervención de la compañía, manifestó a la agencia Efe que cada día de huelga costaría 1.500 millones de pesetas, un gran coste energético y un caos circulatorio para la ciudad.

Aparte de una valoración económica de las pérdidas que tendría la compañía, Juan Torres pidió, en declaraciones a la agencia Efe, que los trabajadores volvieran a la sensatez. «Mi actitud es de diálogo, pero diálogo sobre algo tangible y no completamente imposible. La actitud de los trabajadores es de total abuso con la legislación vigente». Según el presidente del Consejo de Intervención, las peticiones de los trabajadores suponen un aumento, entre retribuciones y mejoras sociales, de un 64% de la masa salarial.

Los trabajadores, por su parte, manifestaron que este cálculo había sido hecho unilateralmente por la empresa y que no creían que las partidas solicitadas hicieran crecer la masa salarial en un porcentaje tan alto.